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The UFO Report and Research Magazine
Editado por el
Instituto de Investigación y Estudios Exobiológicos
NUMERO 49 - AÑO 2009
Espacio Compartido es una publicación interna del I.I.E.E. no permitiéndose su difusión fuera de este ámbito.
Sin remuneración económica
En este número:
LOS CUENTACUENTOS VERSUS
LOS CIENTÍFICOS
LA GRANJA HUMANA 3ª parte
LA TIERRA, LA CALLE MAYOR DE
NUESTRA GALAXIA

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st a f f
Director
Ramón Navia-Osorio Villar
Miembro de honor
Salvador Freixedo
Adjunto a Dirección
Alberto Valles González
Compaginación
Luis Castro Pimentel
Colaboradores
David Álvarez Planas
Juan Carlos Álvarez
Jaume Ametller Viñamata
Magdalena del Amo
Jordi Ardanuy
Patricio M. Arias Peña
Eugenio Bahamonde
Roderick Bowen
Rafael Casares
Francisco Casasola
Eduardo Castropol
Elisabeth Catalan
Ana Fernández Larragueta
Ignacio Darnaude
Juan Díaz Montes
Mario Fernández Salas
Manuel Figueroa
Raúl Gajardo Leopold
J.M. García Bautista
José Luis Ortiz Robles
José González Fernández
Pablo Jammy Montesdeoca
Mari Carmen Masi
José M. Moya
Osvaldo Muray Quiroz
Raúl Núñez Gálvez
C. Pascual Sumalla
José Rayo Mata
Maika Taboada
J.M. Trallero Donado
J. Ignacio Valdés Mellado
Delegado en los Paises Árabes
Mustafá Selim
• • •
Espacio Compartido
es una publicación del
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Estudios Exobiológicos (I.I.E.E.)
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Editorial
Ramón Navia
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Los Cuentacuentos Versus los
Científicos
José Royo Navas
Pag. 30
La Granja Humana
(3ª parte)
Salvador Freixedo
Pag. 41
La Tierra, la Calle Mayor de
Nuestra Galaxia
Eduardo Aguirre
SUMARIO
Un extraño halo recubre de misterio a la ciudad de
Moscú
Una nube luminosa se formó en el cielo gris sobre Moscú, y es furor
en YouTube.
Un halo redondo, esfumado y de luz blanca se desplegó el martes
pasado en el cielo sobre Moscú, Rusia, ante la incrédula mirada de
los habitantes, y después el video se propagó en You Tube entre
advertencias de ataques extraterrestres y explicaciones científicas
(y no tanto). Como siempre en estos casos, las explicaciones
sobran a la hora de determinar qué fue lo que se vio en el cielo
sobre Moscú el martes 6 de octubre, pero algunos ya pronostican
un ataque terrorista desde el espacio, o el fin del mundo, según
informó el sitio inglés The Sun.
El halo de luz podría ser el resultado de un fenómeno climatológico
debido a las condiciones del día, que por cierto era bastante
lluvioso. Al respecto, Nick Pope, un ex investigador del Estado ruso
especializado en OVNIs, aseguró que “nunca había visto algo así”,
y se refirió al fenómeno como “un verdadero misterio”. Entre las
hipótesis que expuso Pope, y que estaban siendo diseminadas por
la red, se postulaba que era un fenómeno climático, una prueba
del ejército ruso de un arma para alterar el clima, o la teoría de la
amenaza extraterrestre, siempre latente.
Los meteorólogos del Instituto ruso, señalaron que podría ser un
efecto óptico producido por tres frentes de tormenta que se cruzaron
en el cielo moscovita, a
través de los cuales el sol
brilló desde el oeste. “Aunque
se ve impresionante, si se
fijan bien se pueden ver los
rayos saliendo de esa nube.
Seguramente es que el sol
se estaba poniendo cuando
filmaron ese video”, indicó un
portavoz de la entidad.

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EDITORIAL
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al como se están presentando las cosas son como verdaderos escollos, donde es difícil
mantenerse con el timón a la vía. Son numerosas las disparidades que se van presentando
diariamente, y llega un momento que hay que hacer un alto en la travesía para reflexionar.
Cuando comenzamos esta singladura apuntábamos en nuestro libro de Bitácora las anomalías que
nos encontrábamos en nuestra navegación; después de tantos años creíamos que conocíamos
los mares y las irregularidades de ciertos fondos, pero ahora comprobamos que nuestro sextante
y cronómetros, ni marcan la altura, ni nos dan la hora. Nuestros instrumentos se han quedado
dañados por el tiempo, o bien son ya obsoletos.
Nos hemos mantenido al pairo, pero los vientos que soplan no nos aconsejan permanecer en ese
estado. Hemos consultados con las cartas y hemos puesto nuestro transportador y hemos trazado
derrotas. Hemos aplicado la cinemática para alcanzar en el menor tiempo posible una solución al
problema. Por las oscilaciones que hace, hemos dudado que nuestra aguja nos marque el Norte;
hemos pensado si no será que el cargamento que embarcamos no estaría afectado de cierto
magnetismo.
Bueno, lo expuesto es un ejemplo, en forma de parábola, que quiere reflejar la situación actual de
la ovnilogia. Tiempos borrascosos se aproximan, y los medios informativos con su enorme poder
hacen variar los antiguos horizontes.
Cuando escribía hace unos números sobre la teletransportación en Pampa Perdiz, me encontraba
ridículo, anticuado, me daba la impresión que estaba describiendo algo de hace medio siglo. Me
decía una y otra vez que eso ya no se lleva. Y así lo vi, pero en el fondo pensé que tenía un
aspecto ciertamente romántico, bucólico y terminé incluyéndolo. De modo que los años de nuestro
aprendizaje que mirábamos con tanto esmero no han servido para nada. Los otros, los forasteros,
entraron por la puerta de atrás e hicieron y deshicieron a su antojo mientras nosotros buscábamos
caracoles en los campos de coles.
La astronomía en lugar de acercarnos parece que nos aleja, y en la era que vivimos, donde lo real
y ficticio se dan la mano, empiezo a temer si sabré algún día distinguir entre lo real de lo ficticio.
Puesto a leer ciertas materias que antes no leía, me he dado cuenta que existen cantidades de
medias verdades, teorías descabelladas, lecturas infantiles y mucho, pero mucho protagonismo por
salir en YOUTUBE y sus sucedáneos.
Las palabras han quedado desplazas por las imágenes, y donde aparecen estas parece que no se
llevan bien con las palabras. Existen más falsedades en la red por los videos que por los medios
escritos; cuando antes decíamos que una imagen valía más que mil palabras, debemos cambiar
nuestro modo de pensar, pues entre unos y otros vamos perdiendo el rumbo.
Ramón Navia-Osorio Villar
ramón.navia@iiee.es

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a inspiración la tomo de un excepcional artículo que publicara el letrado Phillip E. Johnson,
en el ejemplar de octubre de 1996 de First Things. En el mismo, bajo el título de “El
cuentacuentos y el científico”, Jonson realiza una esclarecedora comparación entre el trabajo
de dogmatismo indigesto del fanático neodarwinista Richard Dawkins, frente a los planteamientos
críticos y sensatamente razonables del bioquímico Michael Behe.
Me identifico con ese espíritu combativo de Jonson, que en dos cuestiones de gran influencia
social ( el evolucionismo y el problema del Sida) ha sabido mantener una encomiable integridad
intelectual, no dejándose impresionar ni arrastrar por los consensos de lo políticamente correcto
que tan nefastamente han condicionado -y siguen haciéndolo- el pensamiento científico, político,
económico, social, etc.
El motivo del presente artículo se encuentra en el estupor que me provocó la lectura de un libro muy
aplaudido. Recuerdo cuando al adquirir en una librería, el trabajo del astrónomo Guillermo González
en conjunción con Jay W. Richards, “El planeta privilegiado”, se lo mostré a quien me acompañaba.
Sin molestarse en hojear partes del interior que suelen servir de orientación (índice, bibliografía,
etc.), leyó apáticamente la contraportada y con cierto desdén me lo devolvió, indicándome que
era muchísimo mejor libro el que con el tiempo me desconcertó, como ya he dicho. Ni que decir
tiene que la observación la hacía desde el más completo desconocimiento de lo que González y
Richards exponen. Los condicionantes mentales por paradigmas de moda, parecen hacer mella aún
en pretendidos heterodoxos. No voy a entrar a comentar
El planeta privilegiado, libro que para un científico
aconvencional como Gary E. Swartz se equipara al de
Behe, por su calidad. Baste decir que está en la línea
opositora a una cosmovisión fría, puramente aleatoria,
donde no tiene cabida realidad alguna que trascienda
lo puramente físico. Es en ese marco, donde se ubica
el desarrollo argumentativo del neodarwinismo, del que
uno de sus más agerridos defensores es el ya citado
Dawkins. Ante su tesis popular del “relojero ciego”, el
letrado Jonson argumenta que sus defensores “proponen
ciegamente escenarios evolutivos materialistas para
sistemas biológicos, dado que no tienen ni idea cómo
los mismos funcionan en realidad”. Pues bien, mucha
semejanza guarda con el planteamiento del libro causante
de mi estupor.
Se trata de otro éxito del pensamiento ortodoxo
academicista, aunque del ala más innovadora frente
al sector clasicista. Su autor es el físico-matemático
Brian Greene, destacado puntal en la búsqueda de
una teoría unificadora final, de la mano de los objetos
unidimensionales básicos conocidos como cuerdas. Son
muchas las aportaciones interesantes al esfuerzo por
LOS CUENTACUENTOS VERSUS
LOS CIENTÍFICOS
QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDA LA REPRODUCCIÓN DEL
PRESENTE TRABAJO EN OTROS MEDIOS
Es recomendable complementar el presente artículo con la lectura de la
iconoclastia de Einstein en HISTORIA http://www.navax.info/historia.htm
José Royo Navas

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desentrañar los misterios del cosmos, en su libro El universo elegante. Mi intención es objetar al
recurso de ciertas ideas, para fundamentar su explicación.
El buen científico no debe dejarse influir por consideraciones emocionales, sometiendo a un
escrutinio cuanto utilice en sus investigaciones. Debe tener un criterio crítico que le permita
desechar la hipótesis de trabajo, tan pronto encuentre datos firmemente establecidos que
supongan una seria contradicción a la hipótesis. Lamentablemente, observo en el libro de Greene
una anteposición del aspecto emocional por su deseo de validar el elegante modelo de cuerdas.
Aunque de un modo un tanto críptico, Greene –como no cabía menos de un ortodoxo- siente
debilidad por una filosofía reduccionista. Según la misma, de forma genérica “absolutamente todo se
puede descubrir en términos de procesos físicos microscópicos subyacentes en los que participan
los componentes fundamentales de la materia”.
Su evidente frialdad la justifica recurriendo al juicio del Nobel Steven Weinberg, quien conmina a
aceptarla tal cual “no porque nos guste, sino porque ese es el modo en que funciona el mundo”. (no
estaría de más señalar lo falaz de esa aseveración, puesto que su visión materialista les impele a
abrazar esa explicación. No es así como funciona el mundo exactamente, es que a ellos les gusta
creerlo). Para Greene, lo que concierne al modelo reduccionista –querido por él al defender los
objetos unidimensionales básicos- es el aportar “el fundamento más firme sobre el que se podría
construir nuestra comprensión del mundo”.
Al ser el centro de gravedad de la tesis de Greene dicho objeto básico –la cuerda, algo así como
el componente último sustancial al que los griegos llamaron átomo- nos maravillamos ante el
descarado despliegue de malabarismos, para acreditar su existencia. No es para menos, cuando en
muestras de sinceridad a lo largo del libro, reconoce que no existen pruebas que confirmen la teoría
de cuerdas, por lo que se desconoce si es correcta. Frente a esa actitud, dos buenos científicos
–ateniéndonos a lo antes dicho- como Thornhill y Talbott, se hacen eco de la sentencia de Muriel
Rukeyser: “el universo está hecho de historias, no de átomos”. Apuntan cómo “este es un universo
lleno de agujeros negros, materia oscura, energía oscura y otros objetos y fuerzas incomprensibles,
compartiendo algo en común: permanecen invisibles e inaccesibles bajo las leyes conocidas de
la física”. Las especulaciones alcanzan una fase inflacionaria, llevando a algún que otro sincero
científico como Alan Guth a plantearse: “¿alguien puede obtener sensatez de todo esto?”. No andan
muy desatinados Thornhill y Talbott al considerar tanta especulación como oscurantismo de tinte
pseudos metafísico, coronado con el embarazoso asunto de la teoría de cuerdas. Lamentablemente,
la característica resaltable del proceder en el mundo de la física teórica, es la recurrente utilización
de complejos modelos matemáticos desafiantes de la comprensión por sus mismos artífices. Son
recursos ingeniosos que –parafraseando a D.S.L. Soares- sirven para “vincular especulación con
especulación a fin de probar la especulación”. Los modelos son necesarios y útiles, pero nunca deben
convertirse en una especie de cheque en blanco, destinado a pretender que se entiende algo que en
realidad no es cierto. Resulta muy apreciable la advertencia del ingeniero Donald E. Scott: “Si cada vez
que aparecen nuevos datos, se requiere aumentar la complejidad del modelo para poder acomodarlos;
esto debiera de ser un aviso de que el mismo no es robusto. Es fundamentalmente un fracaso”.
Mucho me temo, les guste o no a los fans de la moda de las cuerdas, que éstas caen en esas estructuras
matemáticas irracionles y retorcidas, como las propias cuerdas. Por boca del propio Greene, nos
alerta de que “la teoría de cuerdas ha quedado limitada al cálculo de soluciones aproximadas para
ecuaciones aproximadas”. Antes de pasar a exponer el juego malabarista matemático bendecido
por Greene, no me resisto a dos citas. Una, la de un excepcional astrónomo heterodoxo, referente
indispensable en este artículo: “las matemáticas deberían ser usadas para descubrir la operación
de modelos, no para construirlos”. La otra, un popular dicho inglés referido a los contables pero
que, dado el caso, es igualmente válido en el tema que nos ocupa: “figures don’t lie but liars
figure” (algo así como que los números no engañan, pero los mentirosos “figuran”, fantasean).
Y ahora –como en el circo- pasen y vean las acrobacias y otros portentos fascinantes.
Parece ser de gran importancia para Greene, que el universo experimente transiciones blandas
con rasgado de espacio. Con ello, se justificaría la validez de la teoría de cuerdas. Con el recurso
de la física cuántica y sus ondulaciones violentas, se podría especular con procesos de rasgado,
hendiduras o soldaduras de la estructura espacial. Para ahondar más en suposiciones –que de

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eso se trata- echa mano del concepto de túnel de lombriz, siempre limitado al marco microscópico
ya que partimos de la geometría cuántica. Pero, “¿existen los túneles de lombriz?” se pregunta. Y
responde: “Nadie lo sabe”.
Esto es, se trata de meras especulaciones. Como esa vía –aunque tentadora por lo prometedora-
no es seria, hete aquí que recurre nada menos que a los enigmáticos agujeros negros. Aquí, se
deja entrever el rostro no de un buen científico,
sino de un dogmático sectario. Sin pudor alguno,
habla de que son un “ejemplo indiscutible” (por
tanto, que nadie ose cuestionarlo). Otra prueba de
su intransigencia intelectual es la siguiente perla:
“hay pruebas experimentales contundentes que
apoyan la existencia de los agujeros negros, por
lo que la cuestión relativa a qué sucede realmente
en su punto central es científica, no especulativa”.
Amén. Desconozco si las pruebas a las que remite,
son alguna de las apuntadas a continuación,
consideradas como esenciales:
• Deduciendo teóricamente, existiría un agujero
negro pequeño por cada 3 estrellas de neutrón.
Sin embargo, contando con unas 500 de dichas
estrellas, se especulan sólo 3 posibles agujeros
pequeños. Todos los propuestos previamente,
resultaron ser estrellas de neutrón.
• A esos 3 candidatos, siguiendo el proceder tan elucubrador de sus defensores, les pasará lo
mismo que a una excepcionalmente estrella brillante. Los astrónomos apostaban firmemente
en su conversión en un agujero negro. Cual fue su sorpresa, al comprobar que el proceso que
seguía la estrella, no era el santificado en los modelos teóricos. No se respetaba el medio de
producción de los agujeros negros, como se tuvo que reconocer en un encuentro de la Sociedad
Astronómica Americana.
• Otra de las bazas de los astrónomos, es recurrir a los sistemas binarios de rayos X. La estrella
central ultradensa, siguiendo la Relatividad General, terminará colapsándose, formando el tan
deseado agujero negro. Para aguar la fiesta, el científico Jeffrey McClintock, acertadamente
apunta que la Relatividad General se ha mostrado válida sólo en campos gravitacionales débiles,
no siendo de aplicación para campos fuertes como un binario rayos X.
• Al problema ilógico que plantea la teoría einsteniana de un cuerpo finito cuya densidad tiende
a infinito, se añade el agravante de “amenazar al universo con una pérdida irreversible de
información, que contradice otras leyes físicas” según Faye Flam en un sugestivo artículo en
Science, titulado “Los teóricos hacen una apuesta para eliminar los agujeros negros”.
• Y ya por último, está el decantarse por estas singularidades masivas en el centro de las
galaxias. Las observaciones, como la de la galaxia M87, revelan la eyección de material desde
el propio centro. Algo imposible si se trata de un agujero negro. Para salvar la cara, los teóricos
invocan discos de acrecentamiento y campos magnéticos. Es una forma hábil de engañar,
puesto que la eyección se conoce como Radiación Hawking, considerándose una emisión
termal desde un agujero negro por efecto cuántico. No debiera impresionar ni la alusión a
procesos cuánticos ni el llevar el nombre del famoso teórico Stephen Hawking. Nunca viene mal
realizar un enjuiciamiento de ciertas “vacas sagradas” como el personaje en cuestión. Parece
como si su problema distrófico, le hiciera inmune a cualquier crítica, ante sus cuestionables y
controvertidas maniobras que respalden sus igualmente debatibles argumentos, cuando no, su
frágil honestidad científica. En cuanto a la ubicación de un agujero en el centro de nuestra Vía
Láctea, está descartado como se señaló en una edición de Nature, por mucho que Greene se
empeñe en lo contrario.

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Brian Greene, como adalid de la existencia
de los agujeros negros, nos explica ciertas
características de los mismos, como es el
horizonte de sucesos. Este aro de no retorno,
consecuencia del alabeo de la estructura espacio-
temporal, lo asocia –siguiendo la tónica oficial- a
la solución de Schwarzschild. La realidad, es que
a pesar de su nombre, no es una solución.
Eso es patentemente falso ateniéndonos a
sus trabajos. Este astrónomo alemán no tiene
nada que ver con los agujeros negros. El unir
su nombre, provee una fachada de legitimidad
científica a algo ficticio, sin ninguna evidencia
observable directa, tal y como ha demostrado
Stephen Crothers.
Una vez mostrado el ”patinazo” de Greene con
los fantasiosos agujeros negros, para probar los
no menos fantasiosos túneles de lombriz, que
a su vez apoyarían las elucubraciones sobre
transiciones blandas con rasgado espacial; todo ello en aras de justificar su teoría de cuerdas. A fin
de exponer con mayor claridad todo el montaje especular, dejaré para más adelante un torpedeo en
la misma línea de flotación, donde se cuestionarán los pilares en los que descansa el edificio de los
objetos unidimensionales básicos.
Retomando lo antes dicho, resulta conveniente que el universo experimente transiciones blandas
con rasgado espacial. Comenta Greene que en asistencia de unos colegas suyos, encararon la
mejor forma de probar –utiliza el verbo “determinar” que resulta menos soberbio- la existencia de
una evolución de una esfera en el interior de un espacio de Calabi-Yau, pasando por una fase de
pinzamiento, o lo que es lo mismo, una transición blanda de la que surge una topología diferente.
Como el tratamiento matemático que refleje esa evolución, es enrevesado a más no poder, buscan
un atajo, recurriendo a otro artificio como la simetría de espejo. En la versión de espejo, se evitan
pinzamiento y subsiguientes rasgados, fuente de la complejidad matemática. Haciendo alarde más
que de un proceder científico, asoma el rostro de un devoto feligrés, indicando que “creen” que esa
relación de espejo es equiparable 100% con su referente. Con enmascarada sinceridad, habla de
que “nadie sabe” o del “supuesto espejo”. En esas lides se embarcaron Greene y sus amigos, o
sea, en calcular la masa de un modelo de vibración específico de una cuerda al desplazarse por
un universo con componente Calabi-Yau; que a su vez, coincidiese con la masa calculada sobre
la forma Calabi-Yau, surgida de la transición blanda y que por último, se igualase al cálculo por
relación de espejo. Tras fines de semana con la carga etílica de montones de latas de cerveza para
uno de ellos –según dice- consiguieron jugar con cálculos matemáticos, hasta demostrar lo que
querían. Y eso era, lo ya apuntado, que las transiciones blandas con rasgado de espacio son parte
de la física de la teoría de cuerdas. Contento y feliz por haber probado que una fantasía prueba la
realidad de otra en el túnel del conejo de Alicia (me refiero a la novela de Carroll, “Alicia en el país de
las maravillas”, para aclarar a los malpensados. Nuevo problema: “las limitaciones de los métodos
que los físicos han estado utilizando para analizar la teoría de cuerdas, están vinculados a algo
que se llama teoría de perturbaciones”.Como los procesos físicos dentro de la teoría de cuerdas se
forman a partir de interacciones básicas entre cuerdas vibrando, se obtienen secuencias de parejas
cuerda-anticuerda, por un frenesí cuántico. De ello, resultan diagramas con numerosos bucles; cada
diagrama asociado a una expresión matemática. Al irse dificultando los cálculos por incremento de
bucles, se hace en la práctica inviable, optándose por la teoría de perturbaciones. Nuevamente
otra encubierta especulación. Nótese el modo de indicarlo: “basándose en la expectativa de que
los procesos carentes de bucles dan una estimación aproximada razonable”. (el subrayado es mío)
Greene, ni los suyos, no tienen claro si la estimación está dentro del márgen de aproximación.
Todo lo vinculan, a una constante de acoplamiento cuyo valor –reconoce- nadie sabe. Así estaban

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las cosas, que la teoría de perturbaciones no les sacaba de su agujero negro, cuando con la
segunda revolución de las supercuerdas, se recurre al concepto de dualidad para resolver el
problema de aplicabilidad de métodos de perturbación. Como todo eso de los bucles, constante
de acoplamiento y demás les perturba mucho, lo mejor es tirar por la cera de en medio y así, de
un plumazo, quitarse problemas. De este modo, resulta muy recurrido el uso de estados PBS. En
esencia, esta es la situación de las cuerdas: un montón de suposiciones, apoyadas en conjeturas,
divagaciones y modelos resolutivos ad hoc. Todo, eso sí, aderezado con un galimatías matemático
muy elegante.
Una vez visto el andamiaje especulativo que subyace a la teoría de cuerdas, lo vamos a confrontar
con los argumentos de básicamente dos modelos, poniendo de manifiesto el discurrir razonado
frente las divagaciones elegantes.
Puntos a tener en cuenta para comparar (según Greene):
• Las cuerdas son los componentes elementales del universo.
• El universo surgió del Big Bang, formando parte del modelo estándar de la cosmología de
cuerdas.
• La teoría de cuerdas como teoría unificada de todo.
• La velocidad de la luz, c, constituye un límite a la velocidad con que cualquier señal o información
pueda desplazarse.
• La gravedad, por medio del gravitón como paquete más pequeño de fuerza gravitatoria, es una
parte integral de la teoría de cuerdas, por ser un modelo particular de vibración de cuerdas.
• Los campos gravitatorios, están codificados en el alabeado de la estructura espacio temporal.
• La estructura del universo, no permanece invariable.
• La radiación cósmica de fondo, confirma la expansión del universo.
• Una prueba experimental de la autenticidad de la teoría de cuerdas, estaría en la materia oscura,
probada contundentemente, teórica y experimentalmente.
A fin de establecer el contexto de confrontación paradigmática, recuerdo que los postulados de las
cuerdas o supercuerdas, son un producto del desarrollo de las teorías de relatividad einsteniana,
que a su vez, descansan en las formulaciones geométricas de Bernhard Riemann, con la aplicación
de su tensor métrico. Con ello, se asumía un espacio N dimensional con curvatura arbitraria. Tanto
el Big Bang, como la expansión resultante, pasando por los agujeros negros y materia-energía
oscura, comparten la interpretación espacial Riemanniana. Será por ahí, donde iniciemos nuestra
batería de torpedeo.
Primer torpedeo: El espacio-tiempo no necesariamente
ha de ser curvo.
Aquí, tomamos como principal guía, la establecida en el
Meta Modelo, consecuencia de una verdadera actitud
científica. Se lo debemos a un excepcional astrónomo
hoy desaparecido: el Dr. Tom Van Flandern. Será un
referente a lo largo de la presente confrontación.
Básicamente incide en el problema de que un espacio-
tiempo curvo, no respeta el principio de causalidad,
aunque matemáticamente sea válido. Una curvatura
no puede inducir a un cuerpo en reposo a moverse, a
menos que sobre él actúe una fuerza. Sin fuerza, no
hay transferencia de momento, por no haber partes en
el que ejerce la acción, en movimiento. La gravedad
en el modelo geométrico, no es una fuerza como tal,
y por lo tanto no puede propagarse ya que el objeto
afectado, simplemente sigue un camino geodésico
curvo sin acción de fuerza externa. En el mismo sentido

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de darse un efecto acausal, se posicionó un genio como Nikola Tesla, quien no suscribía la idea de
al curvatura espacial.
Otra circunstancia, se encuentra en las ausencias reales de retardos en potencias y gradientes
de los objetos afectados. En efecto, cualquier acción de un objeto, implicaría un tiempo
finito para que la curvatura respondiese. En otro torpedeo se abundará algo más en esto.
En cuanto a posible evidencia experimental, Flandern remite a un estudio con interferómetros de
neutrón, que indicaron el fallo del principio de equivalencia débil geométrica, por el cual la gravedad
pueda deberse a una curvatura. Adicionalmente, otro astrónomo proscrito como Halton Arp –y
lógicamente un referente en la confrontación- señala cómo el meteorólogo Alexander Friedmann
asumió que las masas de partículas elementales siempre iban a ser constantes. El tratamiento
matemático adolecía de un fallo, por lo que el astrofísico hindú Jayana Narlikar, corrigió el error a partir
de una solución de masa variable. Con la misma, el tensor de curvatura de Riemann se iguala a cero,
por lo que un espacio-tiempo curvo no se corresponde con la física cósmica real. Como señala Arp,
procesos físicos pueden reproducir resultados de relatividad clásica en un espacio euclídeo. Arp, se
identifica con la opinión del físico Tom Phipps en cuanto a que el espacio-tiempo curvo, es una gilipollez.
En definitiva, en el Meta Modelo, el espacio es una
dimensión que no puede ser curvado o distorsionado,
solo su contenido.
Segundo torpedeo: La gravedad no hade ser una
propiedad del alabeo espacio-temporal. Sus agentes
frente a las cuerdas.
Trataré de sintetizar lo mejor posible la idea detrás
del Meta Modelo, en relación a la naturaleza y acción
de la gravedad. Flandern recordaba la importancia
de un marco de referencia para las propiedades
del universo en que vivimos y cómo el movimiento,
encuentra su significado en ese marco, que sería
un tipo de sustancia. Para situar al lector, cuando se
habla de marco de referencia, se remite a un medio
que en la ortodoxia se plantea como vacío, teniendo
otra consideración en los trabajos marginales. Éstos
nos hablan, p.ej. de un campo de energía punto cero
o infinito mar de energía libre; lo que equivaldría
grosso modo al concepto caduco de éter. La situación
oficial hoy, adopta el criterio seguido por Einstein al
desarrollar el decimonónico principio de relatividad,en
ausencia de un marco de referencia o el éter, presente
en otros investigadores como Hendrik Lorentz.
Más recientemente, trabajos sobre los que ha
caído un manto de silencio, inciden en demostrar la
existencia de un “éter”, como el del científico Herbert
Ives. Tendremos que reconocerle finalmente cuan
acertado estaba el que fue Nobel de Física, Johannes
Stark cuando sentenció que “una física sin éter no
es física”. Aclarado el tema, para el Meta Modelo,
cualquier punto en el universo perceptible está en
cualquier instante, inmerso de sustancia en algún
nivel infinitesimal. Por tanto, sustancia y existencia
son inseparables. Formando parte de esa sustancia,
el Meta Modelo establece que la gravedad actúa por
medio de un tipo de agentes que hacen contacto con
la materia. Hay un mar de esos agentes, moviéndose
© Boris Starosta 1997

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rápidamente, presionando sobre superficies, que da lugar a fuerza de atracción por oclusión de
agentes. Flandern denomina a esas entidades C-Gravitones (C de clásico, para diferenciarlos
de los gravitones cuánticos –abreviadoCGs-). Son un medio del universo, pero no los principales
constituyentes. Otro, es el Medio Portador de Luz (LCM), que se asociaría al denostado éter. El LCM
está presente en todo el espacio donde la luz se puede transmitir, excepto dentro de los Ingredientes
de Materia (MI) que son impenetrables a la luz, al igual que CGs. Los MI son los constituyentes de
la materia ordinaria. Los LCM están presentes entorno a los MI.
Al reflejar éstos los CGs, tienen un campo gravitatorio fuerte cerca de sus superficies. Los LCM se
concentran alrededor de los MI en forma de una atmósfera. A menor distancia, mayor es la densidad
de LCM. En una gran concentración
de MI (estrella, p.ej.) su campo
gravitatorio incrementa la densidad
de LCM. La gravedad por la acción
de CGs, ocasiona que al pasar una
onda de luz de un medio de baja
densidad a otro alto, su propagación
disminuya, acortándose su longitud y
sufriendo refracción, que es curvatura
de su recorrido en el medio más
denso. El referente para Flandern fue
el modelo establecido a finales del s.
XIX por el físico ginebrino Le Sages,
contando como difusor a Lord Kelvin.
La idea de gravedad Le Sagiana,
se encontraba en la acción de unos
“corpúsculos ultra-mundanos” que llenan el universo, moviéndose a gran velocidad y empujando la
materia.
Allí donde se bloquea el paso de los corpúsculos porque dos cuerpos se tapan, se produce
atracción. A bote pronto, y dado el fuerte condicionamiento de la ciencia institucionalizada (son sus
fieles vasallos: los medios de comunicación, los centros de enseñanza, los organismos oficiales
y la sutil persuasión de los mastodónticos parques populacheros de la ciencia) pareciera que
los planteamientos Le Sagianos, son insensateces hoy superadas. Pue nada de eso, ni mucho
menos. El ya mencionado Halton Arp, recuerda cómo a diferencia de la interpretación acausal del
alabeo espacio-tiempo, Le Sages proporciona causalidad. Para el académico, Dr. Victor Slabinski,
que ha desarrollado el aspecto matemático, el modelo es viable por ausencia de contradicciones
entre sus parámetros. Señala Arp, que respeta el principio de equivalencia, cuando la absorción
de gravitones es proporcional a la masa de inercia. Viendo la descripción líneas más arriba,
habría que añadir las aportaciones del Dr. Slabinski, por las que los CGs interactúan con los MI
mediante colisiones inelásticas. Algo establecido por Kelvin y otros de su época. La inelasticidad
implica que ciertos CGs son absorbidos por los MI, con un consiguiente calentamiento de éstos.
Un poco más adelante volveremos sobre estas colisiones, cuando tratemos del Meta Ciclo,
dónde queda conservado el número de CGs, su energía y entropía. Como un último apunte
de la valided del modelo Le Sagiano, Arp refiere que sí hay un marco de referencia como ha
demostrado el efecto Sagnac en experimentos de laboratorio. Adicionalmente, para Arp, la mera
existencia de microondas sobre el universo detectable, representa en sí un marco de referencia.
Antes de presentar otro modelo antagónico al alabeo y toda su retahíla de especulaciones, quisiera
hacer mención a la propuesta del científico Leonhard Euler. Todo me hace pensar que Le Sages tomó
como referente la idea gravitatoria euleriana. En verdad, son idénticas. Hablaba de la confrontación
que existía en su época entre un modelo inglés, fundamentado en Newton y otro, que con el tiempo
fue marginado. El primero consideraba la gravedad como fuerza de atracción, propiedad interna y
esencial a la naturaleza material. En contraposición, estaban quienes catalogaban la fuerza como
impulsora; algo que provenía de un fluido exterior que rodea todos los cuerpos. Euler se identificó con
éstos, proponiendo que la gravedad es un efecto negativo, fruto de una presión universal. El modelo

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era simple, elocuente y explicaba cada característica gravitatoria. Despreciaba considerar la atracción
como una propiedad, tildándola de ignorancia y acientífica. Significativas eran sus declaraciones en
1835 en las Letters of Euler on Natural Philosophy: “Resulta que indagamos en la causa de estos
poderes atractivos, pero esta investigación pertenece más bien al terreno de la metafísica mas que
de las matemáticas”. Refiriéndose a la postura newtoniana: “Otros filósofos consideran esta opinión
absurda y contraria a los principios de una filosofía racional”.Como queriendo dar legitimidad al Meta
Modelo con su poso euleriano-le sagiano, el científico Maurice Allais, experimentó cómo la fuerza
gravitatoria originaba una excentricidad por eclipse solar (la oclusión de CGs). Sus trabajos se vieron
confirmados por la universidad de Jessy en Rumanía y por el científico Dr. Edwin J. Saxl de Harvard.
En el otro modelo que vamos a tratar, el del paradigma eléctrico, encontramos un nexo con dos
propuestas que recogen la filosofía del mecanismo externo-impulsor. Una es la del ingeniero Dr.
John V. Milewski. La denomina SuperLuz (SL) y se basa en la ley de paridad o simetría universal.
Así como la luz es electro magnética, la SL es magnético eléctrica. La considera una fuerza invisible
tratada por místicos y metafísicos, e identificada como energía orgánica o punto cero. Tien un
componente magnético grande y otro eléctrico pequeño, viajando a diez mil millones superior a
la velocidad de la luz. En esencia, postula que la gravedad no es una propiedad intrínseca, ni
obedece a una acción atractiva, sino de una presión universal por SL. La mayor discrepancia
con los dos modelos referentes, es situar el origen de SL en los cuestionables agujeros negros.
La otra propuesta es del ingeniero electrónico Ronald Kotas. Lleva por nombre Gravedad Cuántica
Nuclear y es una postura conciliadora entre las tesis de atracción y de impulso. Considera que la
materia emite radiación a nivel atómico, siendo débil y extendiéndose por el espacio a la velocidad
de la luz o mayor. Al interactuar con otra materia, esta radiación electromagnética, transparente o
permeable –al igual que los CGs- se produce la gravedad. Aquí el marco de referencia serían las
ondas de radiación electromagnética, que equivaldría al concepto de éter.
Con lo dicho, enlazamos con el paradigma
eléctrico. Aquí, el marco de referencia o
sustancia, se encuentra en un tenue plasma
que inunda los espacios intergalácticos,
interestelares e interplanetarios. Los campos
magnéticos cósmicos, indican que el estado
de plasma espacial es eléctricamente
dinámico, encontrándose los electrones
en movimiento libre y portando corrientes
eléctricas. Debido a que el fenómeno
plasmático, es de naturaleza escalar (lo
que sucede en pequeña escala, ocurre a
escalas mayores) el universo muestra un
patrón fractal. Experimentos realizados,
muestran que al insertar potentes corrientes
eléctricas en plasma, las partículas cargadas
y los campos magnéticos, se mueven en
espiral, recreando la disposición de galaxias.
Asimismo, se comprueba la correlación con
la realidad, de que las interacciones entre
filamentos Birkeland, producen acumulación
de materia en las intersecciones de corrientes
En este modelo, los sistemas gravitatorios,
tienen su origen en la habilidad de la
electricidad para generar estructura y rotación
dentro del plasma (se puede observar esto, en
la imágen contigua. En la zona inferior, se muestran procesos rotatorios por electricidad, semejantes
a la estructura de una galaxia).Es por tanto, la electricidad –no la gravedad- la que repele o atrae.
La gravedad no da explicación a fenómenos cósmicos, teniendo que recurrir a agujeros negros,

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alabeo espacio-tiempo, materia y energía
oscura, cuerdas y demás. Todo por
hacer inapelable el modelo gravitacional
newtoniano. Con la explicación eléctrica,
se resuelven todos esos misterios. No hay
que olvidar que la materia electrificada,
es el estado fundamental del universo a
cualquier escala.
Tercer torpedeo: El Meta Modelo
proporciona un puente a la metafísica.
Aveces me resulta un tanto incomprensible
ver como estudiosos en cuestiones
metafísicas abrazan con pasión, casi
haciéndolas suyas, ideas brotadas desde
la más pura ortodoxia, como es el caso de
la supercuerdas y todo su acompañamiento
de agujeros negros, materia oscura, etc.
Se han dejado ensimismar por nociones
de hiperdimensiones, pensando que
con ello legitiman sus concepciones
multidimensionales para distintos niveles de conciencia. Craso error. NUNCA, repito, nunca el
cientifismo materialista, dominante en la ortodoxia, les aceptará. Y de lo que los Greene tratan, nada
tiene que ver con esa visión transcendental. Ellos hablan de dimensiones arrolladas muy diminutas,
en lo más denso de la materia. Ya lo vimos al principio, cuando apelaban al reduccionismo. No veré
yo a un Greene o a un Michio Kaku, participar en trabajos de exploración de ideas “pseudocientíficas”
como gustan calificarlas con sorna los Ares de Blas o los Manuel Toharias. Sin embargo, los buenos
científicos, se caracterizan por analizar nuevas vías, adentrándose sin miedo en los “fenómenos
extraordinarios”. Eso le honró al inteligente Dr. Van Flandern, defendiendo temas malditos, como la
artificialidad de estructuras marcianas y participando en congresos “malditos” como el de 2002 de
ovnilogía en Leeds, tal como muestra la foto (el segundo por la izquierda). Esa es una muestra más
del talante del científico, frente al cuentacuentos.
¿Por qué viene esta diatriba? Pues porque,
lo que propone el Meta Modelo está más
en consonancia con la metafísica. Flandern
remarcaba que las ideas Le Sagianas, y por
ende su modelo, encajan en un contexto
cosmológico amplio y en la física cuántica.
Y encajan mejor que la teoría de cuerdas.
Es un axioma del Meta Modelo que la
apariencia del universo, es esencialmente
la misma a cualquier escala. Por tal motivo,
no debe sorprender que una propiedad
como la cuantización, por la que hay una
preferencia por confluir en torno a ciertos
valores discretos, no solo se da en objetos
astronómicos, sino también a nivel atómico. Es una realidad que el modelo atómico de Bohr
tenga similitudes con la ubicación orbital de los planetas. Implica esto, que las propiedades de
los planetas no son arbitrarias, encontrándose conectadas a parámetros de mecánica cuántica; y
ambos, vinculados a propiedades cosmológicas, como bien señala Arp. Un aspecto importante a
tener en cuenta, es que la evolución de los procesos en distintas escalas, está gobernada por la
comunicación. Todo ello permite un equilibrio mediante mecanismos de intercambio de información,
cubriendo partes muy distantes. Se deduce que dicho intercambio ha de ser instantáneo. Arp

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plantea cómo la lógica de la masa variable apuntada en el 1er. Torpedeo, ofrece una solución para
la interacción de materia a distancias mayores, por la cuantización de valores. Para él, cabe la
posibilidad que la acción sobre la materia, se efectúe mediante un proceso de resonancia con la
frecuencia de electrones, protones y neutrones, que hagan posible la actuación de los gravitones.
En cierto modo, se apoya en la teoría de resonancia espacial integrada en al teoría electrodinámica
cuántica propuesta por el astrofísico Milo
Wolf. Ésta, supera al Modelo Estándar
que engloba teoría clásica, relatividad y
mecánica cuántica. Aunque queda un tanto
constreñida por características tomadas
de dicho Modelo, como expresar una
escala finita fundamental o no asignar
sustanciabilidad espacial, resulta otro
referente idóneo al que volveremos.
Arp expresa los gravitones como partículas
de muy baja masa con enorme longitud de
onda De Broglie. Esto hace, que excedan
la velocidad normal de la luz (c). Con esto,
pasamos al siguiente torpedeo. Todo un
sacrilegio al contrariar el dogma de que
nada puede superar a c. Patente queda
que superándolo, facilita el intercambio
instantáneo aludido.
Cuarto torpedeo: La c no constituye ningún límite.
En el contexto de la interpretación einsteniana de la relatividad especial, es anatema que
la c pueda ser superada. No ocurre lo mismo con la variante Lorentziana de dicha relatividad.
Según comentaba Flandern en sus escritos, siempre le intrigó que como estudiante de mecánica
celeste, le enseñaran que todas las interacciones gravitacionales entre cuerpos en sistemas
dinámicos, se tomaran como instantáneos. Con su infatigable labor de buen científico, logró hallar
una respuesta a esa incongruencia. Ya antes de publicar Einstein sus trabajos de relatividad (algo
nada original por su parte, veáse mi artículo sobre este icono), el físico Paul Gerber estableció lo
que se ha constituido como axioma. Su interpretación, no es otra que considerar la propagación
de la gravedad a c. Contradiciéndolo, la propia ley de gravitación universal de Newton, asigna a la
velocidad gravitatoria la consideración de infinita. No hay, por tanto límite alguno. Lo curioso, es
que la propia Relatividad General queda expresada en términos newtonianos para las limitaciones
de campos débiles. El modo de afrontar la inconsistencia, esel manido recurso de la interpretación
curvada del espacio-tiempo. Sin embargo, mediciones directas de las direcciones de cuerpos y
sus aceleraciones, indican que mientras la luz sufre aberración por su velocidad finita, no ocurre lo
mismo con la gravedad. “¿Por qué los fotones del Sol –se pregunta Flandern- viajan en direcciones
que no son paralelas a la dirección de la aceleración gravitacional terrestre hacia el Sol?”. O también,
“¿cómo es que estudios dinámicos de pulsars binarios, anticipen las posiciones futuras de cada
uno, su velocidad y su aceleración, de modo más rápido que el tiempo de luz entre ellos pudiera
permitir?”
Si los agentes que mantienen el espacio-tiempo curvo, se propagan a c, las direcciones de las
líneas de fuerza en el campo, sufren una aberración, como lo sufriría la luz. Veamos lo irreal del tan
machacón alabeo, a partir del tema de ausencia de retardos de potenciales y gradientes, que quedó
pendiente en el 1er. Torpedeo.
El ratio entre la velocidad de un cuerpo y la velocidad de regeneración de la curvatura espacio-tiempo
local, determina la dirección de las líneas de fuerza. Matemáticamente, la fuerza gravitatoria del Sol,
es el gradiente del potencial de él, significando que hay una vertiente direccional hacia el Sol. Como
es la Tierra la que se desplaza, el gradiente sobre ella, sería sobre la dirección de avance, tendiendo
a acelerar nuestro planeta. En ausencia de tal aceleración, las líneas de fuerza gravitacionales

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que nos afectan en la órbita solar, han de regenerarse más rápido que la velocidad de la luz.
Flandern aborda una serie de experimentos que indican que tanto la gravedad como las fuerzas
electrodinámicas, se propagan en exceso con respecto a c. En su exposición, considera pertinente
aludir a unos conceptos y sus correspondientes diferencias; todo, en aras de una mejor comprensión
de las mediciones de propagación de velocidad. El modo más idóneo de hacer esas mediciones, es
mediante el cálculo, bien de retraso de tránsito (la referencia es la fuente de una entidad) o bien el
ángulo de aberración (la referencia es el destino de la entidad). Con ello, se comprueba que la gravedad
no tiene –como hemos visto- aberración alguna. Adicionalmente, aclara la distinción entre campos
y ondas gravitacionales. Existe una persistente confusión en ese sentido, contribuyendo a enturbiar
el conocimiento de la gravedad. Flandern, realiza la correcta observación siguiente: “Si las posibles
ondas asociadas con fuentes de gravedad (aquellas que inducen aceleración en otros cuerpos) y
otras posibles ondas inducidas por destinos de gravedad (aquellas que resultan de la aceleración)
no son diferenciadas, es seguro tener una gran confusión sobre el significado del mismo concepto
de velocidad de gravedad”. Las ondas gravitacionales –asumiendo su existencia- se propagarían a
c. Por el contrario, los campos gravitacionales y sus cambios, emanan de la fuente y se propagan
más rápido. Las ondas, surgen del destino. La concentración de LCM entorno a cada MI, hace que
los cuerpos se resistan a aceleraciones superiores a c, ya que su velocidad de onda natural es c.
La conclusión de diversos experimentos, se traduce en una continua regeneración de los campos
gravitacionales a través de entidades que se propagan a alta velocidad. El límite inferior de la misma,
queda en 20.000.000.000. veces mayor que c. Flandern concluye que esto tiene una gran importancia
para resolver el tema de la unificación de las fuerzas fundamentales. Con esto, enlazamos al
siguiente torpedeo, pero antes no quiero desaprovechar la ocasión para mencionar la similitud con el
fenómeno del Experimento Casiopea. En este, por medio de unas canalizaciones un tanto peculiares,
unas entidades que dicen ser nosotros en el futuro, transmiten una ingente cantidad de información.
Para el tema que nos ocupa, conceden una gran importancia a la gravedad, considerándola
ingrediente central de toda la existencia. Sin el rigor discriminativo de Flandern, hablan de ondas
gravitacionales como la llave a un conocimiento pleno de otros niveles de conciencia y acceso a
otras densidades. Une lo físico con lo etéreo. Estas inteligencias casiopeas que tienen una mejor
perspectiva a la nuestra, claramente dan la razón a Flandern, al enfatizar que la gravedad desbanca
a c. Curioso es como interpretan la luz: no como emanación de la gravedad, sino expresión suya.
Quizás no andase descaminado Flandern –si esto es así- al percibir como medios, los CGs y LCM.
Aquí hemos esbozado la idea de Flandern, sin entrar en detalles. Para un tratamiento más prolijo,
recomiendo el trabajo del científico colombiano Alfonso León Guillén Gómez.
Quinto torpedeo. No es necesaria la unificación de las cuatro fuerzas fundamentales.
Ante la aparente inconexión de las establecidas cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza
(electromagnética, nuclear fuerte, nuclear débil y gravitatoria), la opinión hoy dominante es
aplicar el principio de que las leyes naturales se hacen más simples y elegantes al expresarse en
dimensiones más altas. Aplicando la perspectiva de una geometría multidimensional, se pretende
haber encontrado la clave de su unidad. Ésta, parte de la asociación microscópica a cada fuerza, de
un paquete mínimo o partícula. Así, tenemos:
Fuerza
Partícula de fuerza
Nuclear fuerte
Electromagnética
Nuclear débil
Gravitatoria
Gluón
Fotón
Bosones gauge W y Z
Gravitones
Las fuerzas, por consiguiente, serían simplemente vibraciones diferentes del hiperespacio. Lo que
originaría la vibración sería un diminuto bucle unidimensional, como subestructura de las partículas.
Este ínfimo filamento es la tan cautivadora cuerda.
Se da una asociación con modelos específicos de vibración de cuerdas, por lo que existiría una
unificación bajo un concepto de oscilaciones microscópicas. Como hemos advertido antes, esta

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idea de dimensiones altas, no se pueden ver por estar enrolladas en una esfera minúscula, cuyo tamaño
es la longitud de Planck. Aquí, ingente cantidad de estudiosos de lo trascendental, han picado la carnaza,
el anzuelo, el hilo y el corcho. Repito, ESTO NADA TIENE QUE VER CON PLANOS SUPERIORES
DE CONCIENCIA, por mucho que se hable de multidimensiones superiores o hiperespacio.
El modo, un tanto enrevesado, de unificar a partir de un componente elemental vibrando, no es necesario
en el Meta Modelo. Al establecer una sustancia, cualquier fuerza es el resultado último de interacciones
por colisión dentro de la misma. Añadamos como detalle curioso, con más calado que a priori pueda
parecer, la opinión de unas entidades parapetadas tras el fovni, enmarcadas en un movimiento de
contacto italiano conocido como Amicizia cuyo equivalente actual, es el Friendship chileno. Pues bien,
para estos seres que se mueven en otros niveles de realidad, el campo unificado no existe. Como
tampoco tiene base real eso que Kaku & Co., llaman Hiperespacio. Para ellos, es una invención humana.
En el previo torpedeo, recogíamos la opinión de Flandern por la que la superación de c por la
gravedad, tenía gran importancia para el asunto que ahora nos ocupa. Los fenómenos que se
adscriben a las cuatro fuerzas, encuentran su explicación –sin recursos fantasiosos a falsas
superiores dimensiones- en lo que Flandern llama Meta Ciclo. Sin más ánimo que ilustrar la idea,
exponemos su diagrama, cuya explicación es la siguiente:
Existencia de dos medios diferentes, uno es el LCM y otro el portador o mar de CGs. Tal y como
vimos, los CGs interactúan con los MI mediante colisiones inelásticas (fuerza gravitatoria) por las
que los segundos absorben energía al penetrar determinados CGs. Resultante, es un calentamiento
de los MI con incidencia en procesos energéticos atómicos (fuerza nuclear fuerte). El calentamiento
culmina en la explosión del MI, liberando los CGs absorbidos, partículas mayores (desintegración
radioactiva alfa o ß = fuerza nuclear débil) y una onda en el LCM (fuerza electromagnética). La energía
electromagnética es disipada por la fricción con el medio de CGs. Éste, transfiere energía perdida
durante los procesos previos, reintegrándola mediante su manifestación como alta velocidad de CGs.
El ciclo, señala Flandern, implica la conversión de energía conservada en el paso de un modo a
otro, no haciéndose necesaria modificación alguna de las ecuaciones de Maxwell.
La filosofía, salvando unos matices, es similar a la planteada por el aludido astrofísico Milo Wolf. En su
teoría de resonancia espacial,
no existen las partículas como
tales; son meramente ilusiones
fruto de la interacción de
ondas. Esta idea, ya la apuntó
uno de los padres de la física
cuántica, Erwin Shrödinger,
quien
denomino
a
las
partículas, Schaumkommen
o apariencias. El trabajo de
Wolf se ve respaldado por la
interpretación
transaccional
del físico John G. Cramer y la
experimentación de otro físico,
Shahriar Afshar.
La
propuesta
de
Wolf,
sustituye la sustancia del
Meta Modelo por un espacio
plagado de ondas esféricas y sus interacciones. Tanto en un caso como en otro, son innecesarias
las complejidades en la formulación de cuerdas.
Al prescindir de partículas elementales, el Meta Modelo postula que no existe un límite último,
siendo todo infinitamente divisible.
Sexto torpedeo. No hay componentes elementales en el universo.
La ortodoxia está instalada en la noción de que la materia esta formada por bloques elementales.
Sin embargo, la identidad de las postuladas unidades fundamentales, ha seguido un curso

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vertiginoso conforme se ahondaba en las profundidades microscópicas. Ha sido –y sigue siéndolo-
un proceso alocado, tanto en los resultados como en los medios para obtenerlos. Así, conjeturar
sobre las características de una partícula, implica una mayor concentración de especialistas y
recursos económicos para los descomunales aceleradores y colisionadores. Pasar de las elegantes
descripciones a la constatación real, resulta la más de las veces, problemática. Es el caso con la
partícula mensajera bosón de Higgs. Averiguar su existencia está dando más de un quebradero de
cabeza. Colisiones entre electrones y positrones a 10 gigavoltios, no ofrecen la ansiada prueba. Como
se ha atribuido al bosón, el origen de la masa en todas las partículas, teóricamente si aquél no existe,
las demás tendrían masa cero o infinita, ambas inaceptables. “Tal es el poder de las expectaciones
teóricas” comenta el mayor y meticuloso compilador forteano contemporáneo, W.R. Corliss.
Con semejante panorama, adecuadas son las reflexiones del ensayista Antonio Escotado: “al buscar
lo simple por excelencia, la partícula final, la física fundamental abrió un escenario de filigranas
bizantinas, con legiones de partículas aspirantes a ladrillos últimos y ningún hilo que ofreciese
conceptos unitarios”. Refiere las inconsistencias del Modelo Estándar y su labor cosmética de
unificación a partir de enlazar las simetrías asociadas a tres de las fuerzas fundamentales: SU(3)
para fuerza nuclear fuerte, SU(2) para la débil y U(1) para la electromagnética; ensamblado todo en
el campo de Yang-Mills. La valoración de Escotado, está lejos está lejos de la opinión consensuada,
calificando el modelo de “incompleto, abstracto y poco elegante”, en particular “la cromodinámica
cuántica, que se basa en ladrillos últimos de los ladrillos últimos, también denominados quarks”.
Estas partículas, sobre las que se postula actúa la fuerza nuclear fuerte, le provoca cierta hilaridad
su catalogación en tres generaciones. Cada una con tres copias con variedades bautizadas con
“mundano humor”, donde -siguiendo la analogía inversa de Sokal y Bricmont- el especialista
abusa de la jerga del lego. En esas familias, los miembros llevan apelativos tan poco serios como
“encanto”, nombres de sabores y colores. Al final, ese deseo por dar con lo último, queda en lo
que, juiciosamente Escotado resume: “En realidad, la inflación de partículas y subpartículas perfila
un circulo vicioso: las falsas estructuras colapsan en busca de un verdadero fundamento, que al
no serlo vuelve a colapsar en otro y otro”. Resulta tan infructuoso ese afan, que entre las filas
de la ortodoxia –como el profesor de física teórica Michio Kaku- se admite que “es perturbador
darse cuenta de que ahora tenemos muchas más partículas elementales que el número total de
partículas subatómicas descubiertas hasta los años cuarenta. Hace que uno se pregunte hasta
que punto estas partículas son realmente elementales”. Las investigaciones, vienen apuntando
en esa dirección. Como dos botones de muestra, mencionar la existencia de un estrato por
debajo de quarks y leptones en Physics Today y los hallazgos del Fermilab publicados en Nature.
Todo lo anterior, nos lleva a conceder legitimidad al modo de encarar este asunto el Meta Modelo.
Aunque los MI serían mucho más diminutos que las partículas cuánticas, no se pueden establecer
como últimas unidades, ya que no existe ese límite: todo es infinitamente divisible.
Séptimo torpedeo. El punto de partida falaz del modelo estándar de la gran explosión.
Existe una esencial y fundamental diferencia, entre la conceptualización cosmológica de la versión
del establishment científico –por ende, el modelo populista- propalado por sus iconos santificados
–los Hawking, los Greene, los Kaku o los Punset- frente a interpretaciones mejor ajustadas
a los hechos. Es la consabida pugna, entre los cuentacuentos (apoyados desde el poder) y los
científicos (heterodoxos marginados). ¿En qué radica tal diferencia? De modo muy telegráfico, en
la cosmogonía. Para los cautivadores de las masas, la naturaleza del universo queda condicionada
y explicada, a partir de un suceso de estallido por compresión enorme y subsiguiente expansión.
Las pretendidas pruebas aducidas que lo avalen, tienen la misma credibilidad de la que gozaron
en su día, la composición fósil del Eoanthropus dawsoni –popularmente conocido como hombre de
Piltdown- o la recalcitrante postura de las academias científicas dieciochescas, negando la realidad
de los meteoritos, atribuibles a superstición ignorante.
Pasemos a ver resumidamente el razonamiento cosmológico canonizado.
Como si tuviesen datos directos fidedignos, enfatizan en situar cronológicamente una gran explosión
cósmica entre 15 y 20 mil millones de años atrás. Es el famoso Big Bang. Resulta, que el estallido
vino a consecuencia de una supuesta inestabilidad en un universo perfecto decadimensional. No

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se comprende porque siendo perfecto, sufría inestabilidades. Fruto de aquél desastre, surge el
universo en el que habitamos. Uno de tipo tetradimensional y en continua fase expansiva. Como
faltan dimensiones de las 10 originales, se inventan otro universo gemelo hexadimensional, que
por el contrario, se contrajo, enrollándose en una infinitesimal bola. Para estos gurús de la ciencia
especulativa, entender las condiciones extremas de aquel Bang, requiere echar mano a los tan
adorados agujeros negros. Con su insondable sapiencia, saben que tales condiciones se dan dentro
de los negruzcos agujeros, y ojito con decir lo contrario. No hay más decidido defensor de esas
singularidades que el idolatrado Stephen Hawking, por lo que siguiendo sus fantasiosos argumentos,
se trata con la debida reverencia su cosmología cuántica. En ésta, el universo entero se concibe
como una partícula cuántica. Como, a raíz de la gran hecatombe, se disgregaron otras dimensiones
empotradas en un universo diminuto; nos ofrecen una función de onda universal, describiendo
nuestro universo (con función alta, por supuesto) y al resto (otros multiversos con función pequeña,
faltaría más). En la génesis de tales multiversos, encontramos el ya visto hexadimensional junto
a otros, surgidos por división del tetradimensional. Debemos esta especie de continua mitosis,
al físico Hugh Everett. Aquí tenemos la tan cacareada idea de unos universos gemelos, donde
conseguimos lo que en este no hemos logrado. El problema con esta atractiva sugerencia, es que
pone patas arriba los fundamentos de la mecánica cuántica. Cualquier sistema físico se puede
concebir, como un sistema cuántico descrito por una función de distribución de probabilidad. Al
producirse el colapso de la función, se obtiene una medición con un valor definitivo. Esto es así,
para cualesquiera sistemas físicos. ¿Qué ocurre al querer aplicar la mecánica cuántica al universo
en su totalidad? Pues sencillamente, dentro de una interpretación probabilística, la función colapsa
produciendo una ruptura en la dinámica de las ecuaciones cuánticas. Con esto, se renuncia a una
causalidad determinística. Los sumos pontífices de la cosmología cuántica (Murray Gell-Mann, Philip
Anderson, Stephen Hawking, Steven Weinberg) han decretado por el contrario, que la aplicación
cosmológica es completamente determinística. Como consecuencia, no admiten el colapso de la
función, optando por una ontología expandida en un multiverso, consistente en múltiples mundos,
historias y mentes. La solución de Everett, es en realidad una interpretación de mecánica cuántica,
no su aplicación en sentido estricto.
El enfoque de Hawking a la interpretación de Everett, es conectar los universos paralelos mediante
agujeros de gusano, con tamaño aproximado a la longitud de Planck. Queda elegante el entramado,
pero sin constatación alguna, como casi todo.
La función de onda del universo según Hawking, permite un maridaje entre la postura más abarcadora
de la teoría de la matriz S de Heisenberg y Geoffrey Chef, con el desarrollo de la función beta de
Euler de Veneziano y Suzuki, que parió la teoría de cuerdas. El otro cónyuge, representa la postura
reduccionista de los campos de Yang-Mills. Todo se sintetiza en una geometría de dimensiones
altas (decadimensional) explicada desde la teoría de Kaluza-Klein.
Con todo este bagaje, tienen el arrojo de dar por hecho que el universo está gobernado por la teoría
de cuerdas. Paso siguiente, es la medición del tamaño del universo. Enfangados en una dicotomía
entre la realidad experimental y las elucubraciones reduccionistas, tenemos dos modos de cuerdas.
Unas, están enrolladas entorno a una dimensión circular (son las cuerdas pesadas); las otras, no lo
están (son las cuerdas ligeras). Las primeras tienen una energía mínima proporcional al radio circular
R de la dimensión que envuelven, teniendo las no enrolladas una energía proporcional al inverso
de R. Como energías y distancias tienen una relación inversa, las cuerdas ligeras dan una medida
R en el cálculo de la longitud del radio de una dimensión circular espacial. Las otras, 1/R. Así, con
este proceder de indefiniciones definidas por interrelaciones y demás galimatías, se despachan los
cosmólogos elegantes. Concretando sus cálculos, y en base a otras tantas fantasiosas observaciones
astronómicas, nuestro universo tiene un tamaño de unos 15 mil millones de años luz, o si se quiere,
unos 141.915 trillones de kilómetros. Esto equivaldría en la identificación con los radios R y 1/R
vistos, a unos diez millones de trillones de trillones de trillones de veces la longitud de Planck. Algo
que no se queda ahí, puesto que es axiomático que seguirá creciendo por la expansión del universo.
Lo que ya dudan, es si ese crecimiento cósmico continuará ad infinitum o se frenará, invirtiéndose
el proceso. Para salir de tan corrosiva incertidumbre, centran su atención en la densidad media de
la materia del universo. Su estudio, necesita de un valor crítico situado entorno a una centésima

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de milésima de una millonésima de una trillonésima de un gramo por centímetro cúbico. Dando por
válida que la materia, según las ecuaciones de Einstein determina la cantidad de curvatura espacio-
temporal, se comparan las mediciones de masa en el universo (vía masa galáctica o vía leyes
newtonianas) con la densidad crítica, el valor no supera dicha cuantía crítica. La implicación, es
que el universo seguirá expandiéndose para siempre. No obstante, “existen pruebas contundentes
–sentencia Greene- de origen tanto teórico como experimental, de que el universo está plagado de
materia oscura”. Se habla de un 90% nada menos. En tanto no introduzcan esa materia perdida
en sus cálculos einstenianos de curvatura, no tienen claro si habrá expansión o se contraerá en un
determinado instante. Siempre nadando en las procelosas aguas de la divagación.
Frente a la anterior visión, contamos con análisis –más contundentes , sin lugar a dudas- lesivos
para los puntales en los que descansa la cosmología oficial.
Dentro del presente torpedeo, realizaremos toda una serie de andanadas, expuestas de forma
resumida, que permitirá apreciar lo falaz de todo el montaje que sustenta el Big Bang y sus entresijos.
§ El universo es infinito en espacio, tiempo o escala.
Desde las consideraciones del Meta Modelo, se sigue el razonamiento de que al explicar la
presencia en el universo de la sustancia vista en el 2º torpedeo, el único modo imaginable de
hacerlo, sería su entrada o salida de la región con colisiones. Flandern concluy que si existiese
una zona en la que la densidad de la materia fuera tan baja que no produjese colisión alguna,
entonces cualquier sustancia en la región fronteriza, se disiparía instantáneamente hacia el área
de no interacción. Con ello, se originaría un proceso en cascada, reduciendo el área de colisiones
(se iría contrayendo hasta desaparecer). Si tanto partículas como cuerpos sólidos mayores, deben
su existencia a la acción de agentes, el que eso sea así y no se disuelvan en la nada, indica que
en el universo no existen tales regiones. Consiguientemente, el universo es infinito en extensión
tanto a gran escala como pequeña, encontrándose perneado por una inmanente y omnimoda
sustancia. Resulta ocioso incurrir en convolutas cábalas sobre R, sus inversos y demás.
A fin de reforzar la propuesta del Meta Modelo, es conveniente considerar lo apuntado por el ya
aludido Milo Wolff. Tanto distancia como tiempo, indican un universo infinito ya que de otro modo
tendríamos discontinuidades en la estructura espacio-temporal. Lo que justificaría las mediciones
R, son las apreciaciones miopes sustentadas en la paradoja de Olber. En realidad, lo que se
observa y analiza es fruto de una visión limitada. En la cosmología de la Estructura Ondular de
la Materia de Wolf, estamos en el interior de un universo esférico finito hospedado en un espacio
infinito. Aunque se esté en un medio infinito, solamente hay una cantidad finita de materia que
directamente contribuye a lo que percibimos en forma de ondas (Wolff lo denomina in-waves).
De tal modo, cada centro de onda o “partícula”, sería el centro del universo percibido. La esencia
–ya lo vimos- la toma de los científicos genuinos William Clifford y Edwin Schrödinger, según la
cual, el universo consiste en estructuras ondulares, mientras que nuestras observaciones son las
apariencias de esas ondas. Significativo, enlazando con la naturaleza ondular propuesta por Milo,
es la explicación que dentro del Meta Modelo ofrece para las desconcertantes observaciones de
unas estructuras masivas galácticas, con apariencia de murallas o barreras. Tienen la peculiaridad
de encontrarse separadas unas de otras de modo regular, lo que representa un agrupamiento en
valores discretos con cierta uniformidad. Es una propiedad compartida –como veremos- con la
cuantización de los corrimientos al rojo. Otra característica insólita, la hallamos en las deducciones
de sus observaciones, indicando que nos rodean como si tuviese validez el modelo geocéntrico.
Para el Meta Modelo, lo que se ven son ondas a gran escala. Las murallas o barreras, son frentes
de onda con intervalos alternados de rarefacción y condensación. El ya visto LCM, explicaría las
perturbaciones que se propagan en forma ondular a lo largo del universo infinito.
§ El Big Bang no tiene base real.
La constatación de las murallas/barreras galácticas, resulta incompatible con la cosmogonía hoy
promulgada. Las teorías aceptadas, no cuentan con justificación adecuada, que explique estas enormes
anti homogeneidades. Por tanto, los defensores del actual paradigma evitan como pueden estas
anomalías. Hay entre sus filas quienes reconocen, ante el peso de la evidencia, como el astrofísico M.

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Davis, que “ se puede asegurar que entendemos menos que cero acerca de los comienzos del universo”.
No es mi pretensión realizar una minuciosa exposición de las razones que invalidan la
“desafortunada” teoría del Big Bang, como así es considerada por el físico José Mª Martín
Senovilla, en su epílogo a la edición española del libro de Arp. Dice que es desafortunada,
no porque la vea errónea, sino por su simplificación populista en una teoría, cuando debe
considerarse como una familia de modelos. Lo que tienen en común es, precisamente, la
singularidad detonante. Por ende, sí es una teoría como tal compartida, de la que brotan
distintos modelos. No sé a que viene el subterfugio de Senovilla para despistar al lector.
Flandern, entre otros, ha sido un especial detractor de esta teoría, detallando un pormenorizado
análisis de cuestionamiento conciso; brindando hechos precisos. A su trabajo remito. Aquí,
meramente, me limito a señalar casi telegráficamente, sus conclusiones complementadas con otras
evidencias:
• Para mantener a flote el modelo del Big Bang, es socorrida la artimaña de justar parámetros,
incluyendo valores mutuamente excluyentes.
• La radiación de fondo no es cierto que lo justifique.
• Es incorrecto que lo apoyen la abundancia de elementos, tanto pesados como ligeros.
• Las estructuras de gran escala (murallas/barreras) lo contradicen.
• No es apropiado el uso de la luminosidad de cuásares y sus corrimientos al rojo como prueba
de expansión.
• Las edades de cúmulos globulares, resultan más viejos que lo que el modelo asigna de edad al
universo.
• Desplazamientos de galaxias, contradicen la idea de un universo finito uniforme.
• El recurrido uso de invisible materia-energía oscura, es totalmente ilusorio.
• Las más lejanas galaxias en el Campo Profundo de Hubble, muestran insuficiente evidencia de
evolución.
• El recurso de la constante cosmológica falsea los datos reales.
• Extrapolar el universo al momento de singularidad inicial, daría una situación actual de colapso
o disipación, que no es el caso.
• El efecto Gunn-Peterson de absorción de hidrógeno y la ionización del medio intergaláctico por
radiación de cuásares, no se corresponden con las predicciones del modelo.
• El Big Bang viola la 1ª Ley de Termodinámica.
• Análisis astronómicos no confirman la homogeneidad a gran escala.
• La razón explicativa por velocidad angular en el modelo, no sirve para las formas elípticas de
galaxias.
• La cuantización de corrimientos al rojo, es inviable bajo las premisas del modelo.
• La temperatura del medio intergaláctico no se corresponde con la predicción del modelo.
• La evolución de luminosidad de conglomerados de galaxias muy brillantes, no se explica en el
modelo adecuadamente.
• El Big Bang viola el principio cosmológico de isotropia temporal.
• El valor comúnmente aceptado para el parámetro de densidad cosmológica, falsifica el modelo.
• El modelo y la teoría general de relatividad, asumen una constante gravitacional G, que no lo es.
En definitiva, la hipótesis de esa singularidad inicial descansa –como bien refieren Thornhill y
Talbott- en dos precarias y sin confirmar suposiciones: una, sobre cómo interpretar la luz recibida
de remotos cuerpos estelares, y otra, el modo de interpretar la gravedad. En cianto al primer
supuesto, dedicaremos más atención un poco más adelante. Del segundo, ya hemos expuesto su
cuestionamiento. Consiguientemente, a pesar de tanta divulgación, no es más que una teoría de
ficción pretenciosa carente de evidencias, en palabras de Milo Wolf.
Lo que se pide al público, es meramente grandes dosis de credibilidad, tal y como constata Eric Lerner
en su importante libro The Big Bang Never Happened. Por mucho que el celebrado Michio Kaku, se
empeñe en sostener que es científicamente incorrecto decir que la teoría tiene serias dificultades,
el modelo –según Flandern- es de dudosa validez tanto observacional como teóricamente. Se trata

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de un cadáver, algo que “está acabado en cuanto que
explicación del origen del universo”, Arp dixit.
§ La materia/energía oscura es pura ficción.
La materia oscura se percibe desde la moderna
cosmología como explicación para la alta velocidad
circular en los límites distantes de las galaxias y para la
condensación de materia estelar en forma de galaxias.
En uno y otro caso, la establecida omnipresente fuerza
gravitacional, no da respuesta o es inadecuada a esos
efectos, por lo que se presume la acción de una potente
masa no visible u oscura. Dado que su detección,
solamente se efectúa a través de efectos gravitacionales
sobre materia visible, las especulaciones en cuanto
a candidatos que hagan la función de materia oscura
son tan variados como los teóricos que los proponen.
Considerando las mediciones de rayos gamma del
centro de la Vía Láctea, se ha deducido estar formada
esa materia por partículas más ligeras que el protón; por
partículas bautizadas como “dilatones”, responsables
de la fluctuación de la constante gravitacional G; por la
condensación de enormes glóbulos de partículas del
tamaño de galaxias; por la acción de diminutas partículas
parecidas a neutrinos y denominadas “Q-ball”. En este sucinto muestrario, queda reflejada una gran
incertidumbre reconocida desde el propio estamento científico: realmente no saben de qué se trata.
Para complicar aún más la situación, dentro de los problemas que se suscitan en el Modelo Estándar
de la teoría cuántica, no tiene cabida ni realidad.
Ante la incapacidad para explicar la masa de partículas subatómicas, se propone un nuevo campo
denominado de Higgs. Sin embargo, el modelo no valida las formas especiales que las interacciones
Higgs deben adoptar, para justificar la masa de las partículas. Esto es especialmente grave, dado que
las partículas llamadas bosones, dimanadas de la fuerza del campo Higgs, se estiman contribuyen
en gran medida a la acción de la energía oscura.
Tanto la masa como energía oscura, están intimamente relacionadas, siendo ésta la supuesta fuerza
repulsiva que acelera la expansión del universo, operando a escalas muy amplias de distancia.
Al igual que con la masa oscura, los científicos a todo lo más que han llegado, es a nombrarla.
La respuesta de la cosmología moderna a las serias deficiencias del modelo gravitacional, ha sido
postular abstracciones que otorguen coherencia a teorías fundamentadas en la Ley de Newton. Esto,
ha llevado a determinados estudiosos a cuestionar la validez de la mencionada ley. Fue el caso del
astrofísico Moto Milgrom, quien estableció un determinado valor de aceleración, para el que valores
superiores, otorga validez a la ley. Los inferiores, quedarían explicados en proporción a la masa y al
cuadrado inverso de la distancia, con lo que el problema de la masa oscura desaparecería. Debido al
status sacro santo del modelo gravitacional, cualquier duda sobre él queda relegada al más inmediato
ostracismo. No es de extrañar, a fin de salvarle la cara, que se propongan “soluciones” cosmológicas,
siendo una de las más apreciadas, la teoría de cuerdas. Su existencia, daría respuesta al problema
de la masa oscura, al unir gravitacionalmente el universo. Uno de los factores que hace decantarse
por las cuerdas, se encuentra en asociarles a su constitución delgadísima, una enorme masa (del
orden de 10^22 gramos por cm). Es axiomático la identificación de masa con efecto gravitacional,
por lo que las cuerdas cósmicas satisfacen los requerimientos del modelo. El problema, se encuentra
en clarificar la naturaleza de la materia que determina la masa de un objeto. Realmente, el concepto
masa no cuenta con una clarificación definitiva. Añádase, el mal uso indistinto de los términos masa
y materia, siendo la primera una propiedad de la segunda, medida por efectos gravitacionales. Y
éstos, no tienen un carácter absoluto, pudiéndose ver modificados por fuerzas electromagnéticas.
En el paradigma eléctrico, se arrincona esta utilización de masa y materia, puesto que no

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se asume que una cantidad dada de materia vaya a producir una concreta perturbación
gravitacional. La gravedad se considera una fuerza subatómica eléctrica dipolar inducida,
cambiando la masa al hacerlo las condiciones eléctricas, sin alterar la cantidad de materia. La
masa deja de ser una medida de la cantidad de materia en base a perturbación gravitacional.
Cuando el único referente es el modelo newtoniano, no extraña que frente a elevadas concentraciones
de energía en el espacio profundo, se propusieran objetos supercompactos y masivos, llamados
agujeros negros. Que frente a movimientos galácticos anómalos, se inventasen vastas regiones
de invisible materia oscura, Que frente a suposiciones de un universo velozmente expansivo, se
recurriese al artificio de una energía igualmente oscura. No andaba desencaminado el astrofísico
Milgrom, si bien se quedó corto. En la física teórica, se suscita un amplio debate sobre aspectos
menores de los modelos, para los cuales la ciencia es correcta, pero erróneos los presupuestos de
partida, como atinadamente reconoce el astrónomo Halton Arp.
§ Las erróneas interpretaciones de la ley de Hubble con el efecto Doppler.
Tragicómico es el proceder de los guardianes de la ortodoxia en cosmología. Como una vía para
justificar la realidad de esa invisible materia oscura, los astrónomos Siegel y Xu, se empecinan en
defender categóricamente la existencia de la materia en cuestión. Su reciente trabajo de 2008,
recoge las siempre fascinadoras formulaciones matemáticas complejas (como las del equipo de
Kamatsu). Todo viene a descansar, sobre el componente fundamental del modelo cosmológico
estándar, la llamada materia oscura fría no bariónica (lambda). Ésta, a su vez, calcula sus parámetros
a partir de los datos presentados en el mapa de temperaturas cósmicas de fondo, obtenidos por la
sonda anisotrópica de microondas Wilkinson (WMAP). Determinar los parámetros, implica ajustar
predicciones teóricas sobre el espectro más bien isotrópico y con errores del estudio WMAP. En
todo este contexto, un punto fundamental es
la aceptación de la relación corrimiento al rojo-
distancia.
“Pero como muestra la evidencia acumulada –
en afirmación de Arp- los corrimientos al rojo no
siempre, ni de forma total, tienen su origen en
la velocidad. Cuando se tienen en cuenta estas
anormalidades en el corrimiento al rojo, el asunto
de la masa oscura se desvanece totalmente”.
La hoy sacrosanta relación, surgió en los años ’20
del s.XX a partir de las observaciones de Edwin
Hubble y bautizada esa “ley” con su apellido.
A pesar de ello, este astrónomo siempre dejó
abierta la posibilidad que los corrimientos al
rojo, no representasen velocidad de recesión,
atribuyéndose a otra causa. Siguiendo ese espíritu
de explicar las observaciones, no en función de
su acuerdo o desacuerdo con una teoría, sino
en base a lo que los hechos evidencian, el astrónomo varias veces citado Halton Arp es el que
más profusamente ha documentado la invalidez de la asociación corrimiento al rojo y velocidad o
distancia.
En este sentido, resulta inexcusable la lectura de sus dos destacados libros. Arp, al igual que Flandern,
es –en palabras del astrofísico Manuel Sanromá- “una piedrecita en el cómodo zapato que se ha ido
forjando la cosmología moderna”. En la presentación a la edición española de uno de los libros de
Arp, Sanromá queja de la persecución a la que se ha sometido a esa “piedrecita”, reconociendo la
existencia de un juego sucio en la ciencia. Lo corrobora en el epílogo el también aludido Senovilla.
Encomiable resulta su alegato para luchar “contra la lacra del dirigismo de las autoridades
científicas”, admitiendo la falta de espíritu crítico que infecta a los profesionales de la ciencia.
Siendo inexcusable en el asunto de este apartado, repasamos brevemente las conclusiones de Arp,
fruto de un trabajo diligente, riguroso y abnegado.

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Su arduo peregrinaje por los tortuosos
caminos del establishment científico,
le llevan a estudiar con otra mirada
las radiofuentes cuasi-estelares o
cuásares. Cuando allá por los años ’60
del pasado siglo se van identificando,
una peculiaridad resaltaba y era, un
extremo desplazamiento al rojo. Aunque
se contempló otra explicación a ese
efecto, desvinculándolo a una velocidad
de recesión, terminó imponiéndose
el criterio de ser objetos muy lejanos
que por la expansión tras el Big Bang,
ocasionaba altas velocidades de
alejamiento.
Durante su compilación –hoy referencia
obligada- de galaxias peculiares, Arp
comprobó la asociación entre galaxias
cercanas y cuásares. Convirtiéndolo
casi en su estandarte de batalla, muestra
la incontrovertible –y superfamosa-
conexión entre la galaxia perturbada NGC 4319 y el objeto tipo cuasar Markarian 205.
En su edición original inglesa, el libro recoge en portada y a color esa asociación. La edición española,
ni eso. Sus responsables, se limitaron a poner una foto de Arp como se puede apreciar. En su segundo
libro, vuelve a aparecer
la conexión a color, pero
desde el análisis por rayos
X del telescopio ROSAT.
Se aprecia la conexión a la
galaxia central con un z de
0,07. Para los cuásares, el
superior tiene un z de 0,46
y el inferior de 0,64 (z es
el símbolo de corrimiento
al rojo). Este caso, con ser
el más emblemático de su
trabajo, no supone sino
un ejemplo entre muchos,
como demuestra en sus
libros al aglutinar en tablas
los ejemplos de conexiones
cuásares-galaxias
con
distintos
valores
z.
“Identificar
conexiones
luminosas –advierte- entre objetos con corrimientos al rojo desigualmente enormes, es una forma
decisiva para establecer su carácter de no velocidad”. Esto, es directamente y sin paliativos, anatema.
No extraña saber cómo actúan los guardianes de la ortodoxia, a lo que hay que denunciar el cómplice
silencio bastardo de los Greene, Kaku, Hawkings y sus Punset pregoneros lacayos. Veamos a esa
ciencia tan afamada en su comportamiento:
• Le han censurado hasta la saciedad en publicaciones y congresos.
• Críticas ad hominen a mansalva.
• Recorte o negación de tiempo de uso de telescopios.

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Y si a las “refutaciones” a su trabajo se refiere, vergüenza da que se llamen científicos:
• Malabarismos estadísticos para despreciar probabilidades de asociación.
• Negar descaradamente lo evidente.
• Utilizar la excusa o truco de la estadística “a posteriori” para rechazar la asociación. Según Arp,
esta argucia “ha sido ciencia de baja calidad, en el mejor de los casos; en el peor, una táctica
de evasión”.
• El recurso a la materia oscura, aludiendo a la falsedad de encontrarse la galaxia en equilibrio
de rotación.
• Negar asignación de tiempo de telescopio espacial Hubble por inexistentes problemas técnicos.
Los comités son como una camarilla mafiosa de la que no se desvelan sus nombres. Cuando
se reservó un porcentaje de tiempo para uso de astrónomos amateurs, un profesor comprobó
el vínculo Mark 205-NGC 4319. A otro amateur, que quiso verificar espectroscópicamente el
cuásar en la galaxia 1327-206, la NASA apuntó el Hubble a otro sitio. Finalmente, se suspendió
el programa amateur.
• Aducir la banal idea de que muchos cuásares están sometidos al efecto lente por galaxias,
cuando no hay constancia ni de aumento ni distorsión de las imágenes.
• Exigir cálculos probabilísticas refinados como con la galaxia NGC 4258, para luego no aceptarlos
por no cumplir sus expectativas. “De hecho –dice Arp- no importa lo significante que sea el
cálculo, los científicos no lo creen si no quieren”.
Esto ultimo, lo define Arp como
la “estadística del nihilismo”
expresada de la siguiente manera:
“No importa cuantas veces algo
novedoso se haya observado, no
puede aceptarse hasta que no se
observe de nuevo”. No es mas que
un círculo vicioso.
¿No es ese, acaso, el razonamiento
frente a fenómenos paranormales?
Nada nuevo.
Al igual que con las galaxias, tenemos
pares de cuásares físicamente
asociados con corrimientos al rojo tan
diferentes, que invalidan la hipótesis
cosmológica. En la edición española,
se recoge en una tabla un resumen de
las pruebas sobre corrimientos al rojo
no debidos a velocidad. Allí, tenemos
desde asociaciones de cuásares con
galaxias, hasta cadenas, galaxias
radio y S en cúmulos, pasando
por galaxias con corrimientos
discordantes.
De éstas ultimas, es demoledora la imagen que acompaña. Se refiere a la gran galaxia Seyfert
perturbada NGC7603, unida por un brazo con una galaxia con una galaxia compañera. El
corrimiento de la Seyfert corresponde a 8.700 km/s y el de la compañera, a 17.000 km/s. “La
identificación de conexiones luminosas entre objetos de corrimientos al rojo tremendamente
dispares -afirma Arp- es un modo decisivo de establecer su carácter de no velocidad”.
Entonces, cabe preguntar ¿cómo interpretar esos corrimientos? El efecto, respondería a una
propiedad intrínseca. La evidencia empírica, señala que galaxias eyectan material nuevo formando
proyecciones en direcciones opuestas al núcleo central y con conexiones luminosas. Tienen

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propensión a tener esos materiales,
atributos de estado energético
(emisiones radio, líneas de emisión
ópticas excitadas y gas igualmente
excitado).
El ejemplo que ilustra una importante
generalización de las propiedades
de objetos proyectados, lo tenemos
en el cúmulo Fornax de galaxias.
Ahí, encontramos una jerarquia de
corrimientos. A mayor valor z, más
jóven es el objeto. Mostrando una
decadencia conforme transcurre el
tiempo. La secuencia, partiría de los
más recientemente emitidos (los cuásar
con alto corrimiento). En su alejamiento
del núcleo central, disminuye su
corrimiento,
incrementando
en
luminosidad. Llegado un punto con
valor z entorno a 0,3 se transforman a
una fase de vida corta, representando
un objeto BL Lac (tienen un espectro de
radiación contínua, con fuerte emisión radio y rayos X). Estos objetos, morfológicamente son una
transición entre cuásares y galaxias.
En definitiva, cuanto más joven es el objeto, mayor es su corrimiento al rojo intrínseco. La respuesta
a cual es la razón por la que elementos recientes tengan altos corrimientos, ha sido ofrecida a través
de modelos de creación de materia. Ya vimos en el 5º torpedeo uno de estos, al exponer el Meta
Ciclo. Echando un vistazo al esquema, al pasar de un estado onda en el LCM, el fotón interactúa
con el mar de gravitones, encontrándose ahí la explicación a los corrimientos. Aunque un tanto
generalizado, el efecto queda más detallado recurriendo al modelo propuesto por los astrónomos
Fred Hoyle y Jayant Narlikar. En el mismo, si la masa de
un electrón al saltar de una órbita atómica excitada, a un
nivel inferior, es pequeña, entonces la energía emitida por
el fotón, es igualmente pequeña. En el caso de ser un
fotón débil, estará corrida (redshifted). Los electrones de
baja masa producen altos corrimientos, por ser jóvenes.
Llegados a este punto, no conviene seguir
ensañándose con más torpedeos. Dejemos, que
lentamente, el buque insignia de la armada elegante
de la cosmología popular, descienda a otros abismos.
Al ser tan apabullantes las evidencias del modelo eléctrico
por un lado, y por otro, tan seductoras las propuestas
oscuras de la elegante especulación; con sus agujeros
negros, masa y energía oscura; no extraña mucho, ver
intentos de conciliación.
Tal es el caso propuesto por el astrónomo y astrofísico
británico Dr. Piercy Seymour. En su libro, propone que
el universo es un tapiz formado por hilos compuestos de
líneas de fuerza eléctricas y magnéticas, cuyo origen están
en los planetas y estrellas. Las partículas, serían un ovillo
compacto de dichas líneas; siendo su energía eléctrica
la causante de la masa, y todo dentro –no podía ser de
otro modo- de la famosa ecuación einsteniana (aunque

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su autoría, es dudosa). El Dr. Seymour, plantea que hay dos tipos de espacio: uno ordinario y otro,
de plasma. En el primero, las líneas de fuerza se mueven desde el protón al electrón, siendo a la
inversa para el plasma. Posdesplazamientos de esas líneas se harían en unas muy finas cuerdas
trenzadas y enfundadas en unas vainas de espacio aislante. Estas vainas, se comportarían como
tubos o muelles elásticos, y por el hecho de poderse estirar, implica un almacenamiento de energía.
Al combinarse las líneas en grandes cantidades, se crea una matriz, que produce el “ruido cuántico”
en el universo. La tensión originada en las vainas, ocasiona una atracción adicional entre grandes
masas de “partículas”, siendo este efecto lo que para Seymour representa la materia oscura. Las
presiones sobre las vainas, incrementan conforme el universo –otro convencionalismo- se expande,
incidiendo en su aceleración, con lo que tendríamos la otra peculiaridad oscura: la energía.
Elegante, ¿verdad? Hay que reconocerle al atrevido Seymour (tuvo el arrojo de defender una
ciencia maldita en su libro The Scientific Proof Of Astrology o dar su apoyo a las interesantes
tesis del ingeniero Robert Bauval, con su correlación de Orión para las pirámides de Gizeh)
una encomiable labor de complementar dos visiones aparentemente reconciliables. Si se ha
leído con atención el muestrario de torpedeos, se comprenderá que no hay tal simbiosis. El
aceptar el modelo de la “oscura elegancia” implica partir de premisas falaces. Ya se sabe,
que cogiendo un camino equivocado, no nos lleva a buen sitio. Lástima que sean legión
los que toman como referente esa “oscura elegancia” para ofrecer sus cosmovisiones.
En la siguiente reflexión, abundaremos en las razones de porqué se persuade en transitar esa vía
muerta. Interesa que el ser humano quede atrapado en una realidad ilusoria.
Reflexión final
Una de las peculiaridades más insidiosa vista a lo largo de la anterior crítica, es el recurrente
recurso a aproximaciones y formulismos matemáticos. Todo, en aras de presentar una imagen muy
bien elaborada, concordante con la teoría en boga. No obstante su cautivadora exposición, se de
premisas ficticias. Guste o no, hoy las aproximaciones ad hoc se han instalado en la física matemática
moderna. Refiriéndose a sus consecuencias, el crítico austriaco Feyerabend, nos advierte que esas
aproximaciones “ocultan, e incluso eliminan completamente, las dificultades cualitativas. Crean una
falsa impresión acerca de las excelencias de nuestra ciencia”. Su conclusión no puede ser más
lapidaria: “En la mayor parte de los casos, la ciencia moderna es más opaca y mucho más engañosa
de lo que sus antepasados de los s. XVI y XVII lo fueron nunca”(1).
Lo más grave, no es ser engañosa, sino establecer unos postulados a los que se nos ha condicionado
a verlos como incuestionables. Terminamos siendo prisioneros de interpretaciones de la realidad y
por ende, prisioneros de unas normas.
Empero, los convencionalismos matemáticos no tienen por que ser reales. Como dice el aviador
Julián: “La convención gradualmente se ha convertido en una creencia. La ciencia oficial está
basada en una creencia; por lo tanto, la ciencia es una creencia” (2).
Arrastrados por convencionalismos, las más de las veces arbitrarios, la inteligencia humana trata la
hercúlea tarea de resolver los misterios del universo. Vana pretensión. Añádase, que tal y como vienen
apuntándolo diversos autores, la realidad depende en gran manera de los filtros del conocimiento. En
suma, “la realidad es una construcción mental” en boca del académico Jean-Marc Lévy-Leblond. Es repetir
algo, que para quien esté minimamente documentado, es una obviedad. Con todo, sí hay una realidad
subyacente. Una especie de soporte sobre el cual, proyectamos nuestras construcciones mentales.
Líneas más arriba, indicamos que hay un interés en encerrar al ser humano en esta segunda
realidad. Quienes lo logran (no lo intentan, como muchos ingenuamente creen, porque lo han
conseguido tiempo ha) saben muy bien lo que se traen entre manos. Citemos el caso ilustrativo del
físico y astrónomo Sir Arthur Eddington. Reconocía que “la materia del mundo, es materia mental”
(3). Eso le llevó a comprender muy bien las implicaciones, de lo que su coetáneo James Jean
dijese: “el universo puede muy bien dibujarse, aunque de modo muy imperfecto e inadecuado,
como consistente en puro pensamiento; el mismo, que a falta de un mejor término, podemos
describir como el de un pensador matemático(4) (el subrayado es mío). Consecuente con el
ser “todo” mental, que mejor que crear convencionalismos según la ideología, para imponerlos
como el carcelero mental. Y así procedía el bueno de Eddington, fiel a su dictum: “Uno nunca

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debe creer nigún experimento hasta haber sido confirmado por la teoría” (el subrayado es
mío). Cuando elaboran una teoría elegante y bonita, los datos han de encajar en ella o de lo
contrario, se desprecian. Los hechos no son importantes, es la teoría über alles. La institución
académica enseña a construir teorías, modelos, ideas, especulaciones, para luego buscar el
modo de que la evidencia las apoye. El proceso científico, en su gran parte, se ha convertido en
“una pantomima de coincidencia, accidente y adversidad”, como denuncia el ingeniero Milton (5).
Fiel a esa filosofía, el profesor de Oxford, Eddington, encabezó una de las dos expediciones
programadas para responder a la segunda consecuencia del formulismo matemática para la
gravedad en un espacio-tiempo, planteado por Einstein en su “Fundamento de la Teoría General de
Relatividad”. Se trataba de estudiar la desviación de la luz estelar al atravesar el Sol en momento de
eclipse. Las condiciones meteorológicas del enclave en el Golfo de Guinea, donde operó Eddington,
no fueron ni remotamente las más apropiadas. Pese a ello, ofreció unos cálculos que, con toda
razón, fueron denunciados posteriormente por los astrónomos Poor y Freundlich, como amañados.
Los datos procedentes de la otra expedición en Brasil, se ajustaban a los cálculos newtonianos,
no a los vaticinados por la Relatividad General. Eddington ni se inmutó, despreciándolos. Es más,
si hubiera sido por él, no se hubiesen realizado las expediciones. Daba por válidas a priori –para
no defraudar- las teóricas suposiciones einstenianas. El resultado de este proceder falsario, fue
el entronizamiento de Einstein y sus ideas como el sumum de los logros humanos (6). Por su
contribución, Eddington se le galardonó en 1930 el título de Sir por la realeza británica. Acertado
estaba el físico Ernest Rutherford, cuando dirigiéndose a Eddington, le dijo: “tú eres responsable de
la fama de Einstein” (7). A su canonización por la Royal Astronomical Society londinense, se impidió
cualquier crítica por parte del profesor Ludwik Silberstein (8). Y para llegar hasta los altares del
cientifismo, “se dejaron fuera de consideración observaciones que no encajaban con los resultados
que querían obtener”, como puntualizó el ya aludido profesor Erwin Freundlich (9).
Como detalle adicional, le debemos a Eddington otra
de las creencias arraigadas, como la de ser el calor
solar fruto de reacciones termonucleares. El profesor
Donald E. Scott, hace un detallado estudio por el que
se explican los fenómenos solares mejor en términos
de las propiedades del plasma eléctrico
Retomando el establecer un filtro mental que actúe
como regulador de la realidad aceptable, se dijo
del interés por encerrar al ser humano en esa
ilusión. Vayamos un paso más, señalando que tras
esa acción se encuentran unas clases dirigentes,
quienes no buscan solo dinero y poder. Luchan una
guerra de ideas a través del conocimiento, donde la
mente humana es el campo de batalla. El objetivo
epistemológico es la institucionalización de la ciencia.
Controlar lo que se piensa y cómo se piensa. “Toda
la ciencia es meramente un medio para un fin. El
medio es el conocimiento. El fin es el control” (10).
Dominando a un sector instruido de la población resulta
insuficiente, por lo que se recurre al adoctrinamiento
de las masas, mediante nociones populares. Un
medio instrumental para ello, es toda la producción
de ciencia –ficción. El apelar a fantasías con retórica
tecnicista “ha sido el gran poder de este género como
vehículo para inculcar la ideología favorecida por la Criptocracia” (11). La acción de los memes
(ideas contagiosas) hace el resto. Acordémonos de la popularización de los agujeros negros –y
lo que ello comporta- en historias de ciencia-ficción. Reconozco que nunca me han atraído los
populismos de esas narraciones. Y ahora que se su intencionalidad, menos. Se engañan quienes
esto lo interpretan como reacción de un “talibán”. Sencillamente, veo esas historias como una

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bobada, prefiriendo dedicar ese tiempo a cosas más fructíferas y gratificantes –como leer un buen
libro, v. gr. Seeing Red-. Pero, no tengo aversión esquizoide, ni a eso ni a nada.
El mejor medio que ha contribuido
a extender los memes ha sido el
de la TV. Su poder subliminal es
diabólicamente fantástico. Allá por
finales de la década de los ’60 del
siglo pasado, el investigador Herbert
Krugman,
realizando
estudios
psicológicos, descubrió la incidencia
en cambiar un estado de alerta
(ondas beta) a otro prehipnótico
(ondas alfa). La parte cerebral
que procesa información de modo
lógico y analítico (el hemisferio
izquierdo), queda desconectada al
ver TV. Con ello, la acción del otro
hemisferio impone su actividad
emocional. El resultado es nefasto.
No ocurre lo mismo con la lectura.
Siempre hay una respuesta más
crítica y pausada. El modo de
reacción eléctrica cerebral está en
función del medio, no del contenido.
Hay un bombardeo de datos con
imágenes sensacionales, que se
los “traga” el televidente. Y más, si
son elegantemente expuestos (12).
En la inducción a la docilidad o pasividad, juega un igual papel el efecto que tiene la radiación
esa oscilante –que cualquiera puede observar- en la retina. En experimentación con roedores, se
lograba pasar de un estado inicial hiperactivo, a otro de letargo (13). ¡Que mejor arma de control para
un centro penitenciario! En efecto, hay un interés no confesado, en instalar receptores de TV en las
celdas. David Roddan, funcionario
de prisiones británicas, no puede
decirlo más claro: “es el mejor
mecanismo de control que se pueda
pensar”.
De modo que “el poder disociativo
de la TV”, como lo llama el experto
Marshall
McLuhan,
persuade
sutilmente en aceptar ideas.
¡Quedan tan bonitas las imágenes
de los seriales cientifistas!
Son adorables. Con esa voz
susurrante de un Punset. Es
todo tan evidente. ¡Pero, si están
ahí, los agujeros negros! ¿¡No
lo ves, imbécil!?¿Y el Big Bang?
¡Mira, mira, como se expande el
cosmos! ¿¡No lo ves, color rojizo
del alejamiento!?.
Inexcusable sería no citar al siempre
genial Martín Lozano:

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“La cultura de la imagen, que es la actual cultura de masas, se caracteriza, pues, por su dispersión
y superficialidad. Lógicamente, en la sociedad de consumo prima la información de consumo;
lo rápido, sensacionalista y trivial prevalece sobre lo profundo y reflexivo. A través de los Mass
Media el Sistema trata de imponer una monocultura zafia y embrutecedora, destruyendo las
variantes culturales de cada pueblo, pese a ser éstas bastante más fecundas que aquélla. La
homogeneización que la subcultura de masas está llevando a cabo no persigue la unidad de
los habitantes del planeta, como pregonan los intoxicadores, sino una uniformidad idiotizante,
que es exactamente lo contrario. Para alcanzar el común denominador, el nexo que iguale a
todos los individuos por lo más primario e inferior, es necesario reducirlos a la condición de
masa, ya que así es como mejor se les manipula y domina. Y para ello, ningún instrumento más
adecuado ni de mayor eficacia que los medios de comunicación. Sustraerse a su influencia es
poco menos que imposible, pues allá donde vayamos llegará alguno. Dicha influencia reviste
en no pocos casos caracteres patológicos, toda vez que para un buen número de personas su
consumo se asemeja al de una droga, ocasionando una verdadera dependencia. La televisión
en concreto, es el más nocivo de todos”.
Hablando de adicción, conviene señalar que en la inculcación y difusión de ideas (memes), se
encuentran procesos adictivos sociales. Son aquellos modelos mentales, que condicionan el
pensamiento y lo que hacemos. Para la clase científica, las instituciones académicas de la mano
de sus tutores financieros, crean unos paradigmas que moldean su estructura de creencias y
conceptos. Ese es su referente, al que deben obediencia y fidelidad. De lo contrario, tienen un
abundante desierto de ostracismo y desolación (14). Al doblegarse a ese paradigma sin disensión,
se retroalimenta. Una constante repetición, establece los parámetros de un mapa de realidad (15).
En suma, tenemos unos campos de conciencia generando las formas que se experimentan. Un
paradigma , resulta ser un campo morfogenético, y conforme se aplica, creamos determinados
tipos de relaciones, comportamientos y actitudes. Definen el modo de ser y –lo más serio- las
posibilidades para cambiar. Guste o no, nuestras vidas dependen de unos campos sociales, y estos,
se condicionan por campos de ideas. “La memoria dentro de un campo mórfico es acumulativa, y
por tal razón, todo tipo de cosas se vuelven incrementalmente habituales por repetición” (16). La
resonancia mórfica se encarga de transmitir esas repeticiones, con el concurso de los memes.
La cosmología cum laude oficial, es lo que Kuhn llama “ciencia normal”, hay un paradigma que
otorga tranquilidad a quien trabaja dentro de ese modelo mental. Es el modo recompensado de
hacer ciencia. Lo normal y aceptado. Un Arp o un Flandern, son un desafío y un cambio, para Kuhn
es “ciencia extraordinaria”. Me atrevería a identificar los fundamentos de la cosmología canonizada
con lo que el analista Clifford Geertz, califica de “imagen suasiva”. Permite despertar ciertas
emociones y dirigir una acción hacia objetivos que satisfagan un modelo mental (17). ¿El objetivo?
Lo vimos antes, uno epistemológico. También vimos que era buscado por unas clases dirigentes.
Aclara mucho la siguiente cita:
“Sobre las pasadas décadas, la ciencia ha desarrollado una comprensible cosmología que
explica el origen de los seres humanos como la culminación de un proceso de evolución
biológica y química de 4 mil millones de años sobre este planeta el cual se formo en las
postrimerías del Big Bang, el suceso que marcó el comienzo del universo hace unos 16 mil
millones de años. La teoría del Big Bang del origen del universo, fundamentada en la física de
partículas y observaciones astronómicas sugiriendo que vivimos en un cosmos en expansión,
está inexcusablemente conectada con la teoría de la evolución bioquímica de todas las formas
de vida, incluyendo los seres humanos. Las mayores fundaciones, especialmente la Rockefeller
Foundation, proporcionó financiación clave para las investigaciones iniciales apoyando esta
cosmología materialista, que ha empujado a efectos prácticos a Dios y al alma al terreno de la
mitología –al menos en los centros intelectuales de la civilización moderna” (18).
La concepción de la cosmología materialista, está en el centro de la Weltanschauung de la
Criptocracia. Para Pouzzner, el materialismo es un modelo de misticismo (19). Encuentra su

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desarrollo en un naturalismo metafísico. Su esencia o filosofía, podemos atisbarla a través de los
pregoneros de esa elite en la sombra. Así, se hace necesario “combinar el éxtasis con la ciencia, la
creencia mística con el conocimiento del mundo material” (20). No debe haber engaños, ese éxtasis y
misticismo, pertenecen a un nuevo modelo divino basado en la economía, cuya consecuencia lógica
queda explicada: “la modernización del impulso religioso nos conduce directamente al esfuerzo
por establecer un estado mundial” (21). Esa es la Jerusalén terrestre, en donde el poder de los
sacerdotes-tecnócratas se basa en otorgar felicidad y bienestar. La mística es la idea del progreso
indefinido. Por eso gusta tanto a sus esbirros hablar de “sostenibilidad”. Como muy juiciosamente
reflexiona el letrado Bonilla Sauras: “De ahí que toda creencia centrada en el dios-hombre sin límites
y en desarmonía con las eternas leyes del cosmos, sea una sífilis del espíritu y, sin duda, la cobertura
más burda al nihilismo”. Interesante, es la apreciación de un conocido por los llamados “periodistas
del misterio”, toda vez que maldito por la ideología imperante. Se trata del que fuera diplomático de
su país Chile, Miguel Serrano. En relación a este modelo de ciencia basado en la física relativista,
considera que en la “catarsis” de las abstracciones matemáticas “no se alcanza una superación del
individuo, ni un Nirvana búdico, menos el Kaivalya tántrico, no se logra el plano de una Realidad
Superior, más allá de Maya, espiritual y trascendente, donde llegaban por iniciación los vîras en
las iniciaciones místico-religiosas de los Misterios griegos, egipcios y persas. Solo se alcanza una
esfera numeral, cabalística del puro pensamiento matemático y racionalista extremos”. Pues este es
el resultado del objetivo epistemológico; por un lado, atrapar la conciencia en una Matrix of Illusion
(en Maya) y por otro, limitar las potencialidades de eso que se ha popularizado pedantemente como
I+D+i. Esto último, se aprecia muy bien al considerar otro modelo de física como el de Nikola Tesla.
Las observaciones que los científicos sinceros como Flandern o Arp han expuesto, no gustan a
los otros científicos. Por eso, como decía Fort, cieros datos “han sido cazados a lazo y después
linchados despiadadamente”. Son condenados. “Por condenados, entiendo a los excluidos……El
poder que ha decretado que todas estas cosas sean condenadas es la Ciencia Dogmática(22).
Recomiendo a cuantos sinceramente tratan de hallar respuesta a muchos de los interrogantes
existenciales, sean más cautos antes de aceptar las ideas de la física elegante. Del mismo modo,
lanzo una modesta advertencia a quienes, siendo investigadores y analistas (los auténticos, no
los oportunistas con su ambición de mercadeo) de lo marginal a la ciencia, utilizan un paradigma
equivocado con las implicaciones de esa física. No van a ser aceptados por la ortodoxia –y lo peor-
terminan siendo unos forteanos de pacotilla.
Notas:
1. Paul K. Feyerabend. Contra el método, esquema de una teoría anarquista del conocimiento.
2. Eric Julien. The Science of Extraterrestrials.
3. Ken Wilber. Quantum Questions.
4. Ibid.
5. Richard Milton. Alternative Science.
6. The New York Times, 19 November 1919.
7. Subrahmanyan Chandrasekhar. The Bulletin of the Atomic Scientists, June 1975.
8. McCausland. Journal of Scientific Esploration. 1999, 13(2).
9. Charles H. Fort. Wild Talents.
10. Jim Keith. Secret and Suppressed.
11. Michael Hoffman. Secret Societies and Psychological Warfare.
12. Joyce Nelson. The Perfect Machine: TV and the Nuclear Age.
13. Daniel Reid. The Tao of Health, Sex & Longevity.
14. Thomas Kuhn. The Structure of Scientific Revolutions.
15. Charles Reich. Opposing the System.
16. Rupert Sheldrake. The Presence of the Past.
17. Clifford Geertz. Ideology and Discontent.
18. Michael A. Cremo & Richard L. Thompson. Forbidden Archeology.
19. Daniel Pouzzner. The Architecture of Modern Political Power: The New Feudalism.
20. Zbigniew Brzezinski. Entre dos eras. El papel de América en la era tecnotrónica.
21. H.G:Wells. La conspiración franca.
22. Charles H. Fort. El libro de los condenados.

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Salvador Freixedo
LA GRANJA HUMANA
3ª Parte
U
nas breves palabras que sirvan de introducción a la serie de
casos que a continuación le presentaremos al lector.
La mayor parte son producto de mis muchas andanzas e
indagaciones por diversas naciones de América. Excepto el primero,
que es un caso histórico, los demás son contemporáneos en los que
yo he interrogado a los testigos y en ocasiones he acudido con ellos
a los mismos lugares en donde habían sucedido los hechos, tratando
siempre de llegar al fondo de la verdad.
La razón de exponerlos es para probar que en la actualidad siguen
sucediendo las mismas cosas que siempre se nos han presentado
como «leyendas» o habladurías folklóricas.
Los casos son muy variados como variada es la actuación de estas
entidades en nuestro mundo. De ellos se puede decir lo que de
todo el fenómeno: que son contradictorios entre sí; porque los hay
explicables y con cierta lógica, y del todo inexplicables; los hay positivos y negativos, llegando
algunos a ser hasta tiernos mientras que otros son horripilantes. Pero todos son reales y de ello
doy fe.
Sin embargo los casos de ninguna manera son la esencia de este libro, tal como sucede con otros
que tratan del fenómeno OVNI, en los que el autor se limita a presentar los hechos que conoce
dejando al lector sin saber qué pensar ante tan dispares actuaciones.
Al igual que tampoco es el propósito principal de este libro el tratar de convencer al lector de que
los casos son auténticos y de que los hechos no se deben a errores o falsas interpretaciones,
o que «todo proviene de la mente» y que en definitiva el fenómeno es real. Es una lástima
que todavía se siga perdiendo el tiempo en eso y buscando pruebas para convencer a los
inconvencibles.
La esencia de este libro la constituyen las conclusiones a que el autor ha llegado después de
analizar éstos y muchos otros hechos en los cuales no aparece el OVNI por ningún lado y sin
embargo proceden de la misma gran causa de la que proceden los OVNIS, el fenómeno religioso y
muchos otros hechos paranormales que se dan en este mundo.
Privar al fenómeno OVNI de su contenido psíquico, parafísico y hasta trascendente es no tener
idea de lo que es el fenómeno. Lo mismo que creer que los milagros de todas las religiones son
puramente «divinos» sin tener nada que ver con los fenómenos que estudia la parapsicología, es
ser simplemente un pobre fanático; y negarse a admitir que en este mundo hay muchos hechos
extraños que contradicen las teorías científicas más serias, es ser un miope cerebral aquejado de
«ciencifitis».
Presentamos todo este mosaico de hechos extraños e inexplicables para que de una vez por todas
se nos rompa nuestra dura cabeza de «racionalistas puros» contra ellos y nos convenzamos por
fin de que los humanos no somos los señores del mundo y los reyes de la creación, y de que la
Naturaleza y el cosmos son libros en los que tenemos todavía mucho que aprender.
PRESENTACIÓN DE LOS CASOS

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Caso n.° 1 EL DOCTOR TORRALBA
Comenzamos la presentación de casos con uno del que no puede haber duda ya que pertenece a la
historia del Siglo de Oro español. De él no se ha escrito mucho, pero sí lo suficiente como para que
no queden dudas de la existencia del personaje y de las hazañas en que su vida se vio envuelta,
aunque en la manera de explicarlas discrepamos bastante de las conclusiones de los historiadores
que han tratado el tema.
El principal testigo de la existencia de este individuo es nada menos que Cervantes, quien hace
decir a Don Quijote, subido a su Clavileño:
«Acuérdate del verdadero cuento del Licenciado Torralba a quien llevaron los diablos en volandas
por el aire, caballero en una caña, cerrados los ojos, y en doce horas llegó a Roma y se apeó
en Torre de Nona... y vio todo el fracaso, asalto
y muerte de Borbón, y por la mañana estaba de
vuelta en Madrid ya, donde dio cuenta de todo lo
que había visto; el cual asimismo dijo que cuando
iba por el aire mandó el diablo que abriese los
ojos y los abrió y se vio tan cerca a su parecer del
cuerpo de la Luna que la pudiera asir con la mano
y que no osó mirar a tierra por no desvanecerse.»
En efecto, Cervantes, permitiéndose alguna
licencia literaria o inexactitud histórica al explicar
los hechos, se refiere al doctor Eugenio Torralba,
famoso médico español del siglo xv-xvi, quien
después de haber vivido en Roma bastantes años
y después de haber ganado allí gran fama por sus
artes curatorias, se trasladó a la Corte española
y se relacionó con toda la nobleza y con las altas
jerarquías eclesiásticas, a las que siempre les ha
gustado mucho codearse con los poderosos.
Era natural de Cuenca y a su vuelta a España
pasó la mayor parte del tiempo en Valladolid,
en donde mayormente radicaba la corte ya que
Madrid aún no se había afianzado como capital
de España.
Allí era famoso no sólo por las extraordinarias
curaciones que hacía, sino por un extraño amigo
que tenía, llamado Zequiel, del que corría la voz
que no era un ser de este mundo. He aquí cómo
lo describe Marcelino Menéndez y Pelayo en su
Historia de los heterodoxos españoles:
«... se le apareció al doctor como Mefistófeles a
Fausto, en forma de joven gallardo y blanco de
color, vestido de rojo y negro y le dijo: “Yo seré
tu servidor mientras viva.” Desde entonces le
visitaba con frecuencia y le hablaba en latín o
en italiano y como espíritu de bien, jamás le
aconsejaba cosa contra la fe cristiana ni la moral;
antes le acompañaba a misa y le reprendía mucho
todos sus pecados y su avaricia profesional.
Le enseñaba los secretos de plantas, hierbas
y animales, con los cuales alcanzó Torralba
portentosas curaciones; le traía dinero cuando se
encontraba apurado de recursos, le revelaba de

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antemano los secretos políticos y de Estado, y así supo nuestro
doctor, antes de que aconteciera, y se los anunció al cardenal
Cisneros, la muerte de Don García de Toledo en los Gelves y
la de Don Fernando el Católico y el encumbramiento del mismo
Cisneros a la regencia y la guerra de las comunidades. El cardenal
entró en deseos de conocer a Zequiel, que tales cosas predecía;
pero como era espíritu tan libre y voluntarioso, Torralba no pudo
conseguir de él que se presentase a fray Francisco (Cisneros).»
(Es de notar qué ya en el nombre que se atribuía a sí mismo
el misterioso personaje se da el primer paralelo entre él y los
«extraterrestres» de nuestros días, que de ordinario escogen para
sí mismos nombres que se parecen a algún personaje famoso o a
algo relacionado con el contactado. En la España del siglo xvi había
que estar muy claro en cuanto a ortodoxia y sobre todo en cuanto
a carencia de trato alguno con el demonio ya que la Inquisición
amenazaba, y no de broma, con sus santas mazmorras. El nombre
«Zequiel» se parece mucho a uno de los cuatro profetas mayores
— Ezequiel— y al mismo tiempo recuerda en su desinencia los de
los arcángeles, con los que Zequiel daba la impresión de querer
ser relacionado, para huir de toda posible relación con Satanás.)
La descripción que el doctor Torralba hace de Zequiel, coincide
con lo que muchos de los modernos «contactos» nos dicen
de los personajes que los visitan o que los transportan en sus
naves. Uno de los rasgos físicos más notables de Zequiel era
el ser muy blanco y muy rubio, cualidades casi normales en los
«extraterrestres buenos» de hoy día, ya que los «extraterrestres
malos» suelen ser descritos mucho más frecuentemente por los
«contactos» como feos, cabezones y de piel oscura o de colores
raros.
El primer contacto del doctor Torralba con Zequiel fue más bien
indirecto, ya que se comunicaba con un fraile de la Orden de
Santo Domingo, que vivía en Roma, y al que se le aparecía de
ordinario en fechas relacionadas con las fases de la Luna. Un
buen día, el fraile le preguntó a Zequiel si tendría inconveniente en
tomar bajo su protección al doctor Torralba —a quien el dominico
le estaba muy agradecido pues lo había curado de una molesta
enfermedad— y Zequiel le contestó que no tendría inconveniente
y desde entonces quedó sellada la amistad que los uniría por toda
la vida,
Por supuesto, durante toda la vida de Torralba, porque Zequiel,
a juzgar por sus manifestaciones, continuaría viviendo aún por
mucho tiempo después de la muerte de su protegido, lo mismo que
había vivido por mucho tiempo antes de que él hubiese nacido.
Como ya hemos visto, Torralba, a causa de sus muchos
conocimientos de medicina, tenía abiertas todas las puertas de
la Corte y su fama llegaba hasta el extranjero, de donde venían
a curarse con él. En 1525 fue nombrado médico de la Corte de
Doña Leonor, reina viuda de Portugal, pero su estancia en aquel
país duró poco, aunque el tiempo que estuvo hizo maravillas.
Y no sólo por sus conocimientos en medicina era Torralba famoso,
sino por lo mucho que sabía de teología, que por aquellos años
alcanzaba en España un gran florecimiento. Gustaba de discutir
los tópicos teológicos con distinguidos profesionales, frailes en su

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mayoría, a pesar de que él era laico
y no se había distinguido por sus
estudios en esa disciplina.
Zequiel instruía al doctor en toda
suerte de cosas y a veces no sólo
a él sino a otros amigos que se lo
pedían, aunque muy raramente se
dejaba ver de ellos. En una ocasión,
un tal Camilo Ruffini, natural de
Nápoles, le pidió a Torralba que le
dijese a Zequiel que le diese una
fórmula para ganar en el juego.
Zequiel, que en otras ocasiones
se había negado rotundamente a
semejante cosa, en ésta accedió y
le dio una especie de fórmula que
consistía en unas letras cabalísticas;
jugó Ruffini con ella y ganó la no
pequeña cantidad de cien ducados.
El mismo Zequiel le aconsejó que no
jugase al día siguiente, porque era
Luna menguante y perdería.
En Roma, Torralba gozaba de gran
amistad con no menos de diez cardenales, y varios de ellos acudieron en más de una ocasión a él
para que intercediese con su protector en favor de ellos.
Un detalle curioso es que Zequiel reprendía a su protegido porque éste cobraba, y no poco, por
las
curaciones
que
hacía, valiéndose de los
conocimientos que él le
había dado. Le decía que
no debería cobrar, pues
a él no le había costado
nada
adquirir
esos
conocimientos. Al mismo
tiempo, lo censuraba
cuando lo veía triste
por falta de dinero. Sin
embargo, curiosamente,
después
de
estas
reprensiones,
Torralba
solía encontrar en su
cama o en algún lugar
inesperado, cantidades
de monedas que le
servían para salir de los
aprietos financieros en
los que se encontrase.
Con el paso de los años,
la confianza de Torralba
en su protector y la
superioridad que en él
fue desarrollándose, lo
llevó a mantener menos
en secreto sus extrañas
relaciones, al mismo
tiempo que se atrevía
a cosas mayores sin
preocuparle que ello fuese
a levantar sospechas en
la Inquisición acerca de la
identidad de su misterioso
amigo.
Como nos decía don
Marcelino, con frecuencia
hacía predicciones de
sucesos
que
luego
resultaban exactas. Uno
de los episodios que
más puso en guardia a
los inquisidores fue la
detallada descripción que
hizo del famoso «Saco de
Roma» que ocurrió el 6 de mayo de 1527. Torralba, ante un grupo de admirados hombres importantes
de la Corte en Valladolid, describió minuciosamente los detalles del saqueo y hechos tan importantes
como el degüello del Condestable de Francia, Carlos de Borbón, y el encarcelamiento del Papa

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en el castillo de Santángelo.
Preguntado que cómo lo sabía,
dijo con toda tranquilidad que
«porque él había estado allí».
Cuando tras varias semanas
llegaron las noticias oficiales a
la Corte, confirmando todos los
detalles que el doctor Torralba
habíadado, la Inquisición se sintió
obligada a llamarlo a declarar.
Éste fue el inicio de todos sus
males. Fue encarcelado y tras
tres años de prisión, en los
que se preparaba el acta de su
proceso —la administración de
la justicia era entonces tan lenta
y tan mala como en nuestros
días— fue sentenciado a sufrir
tormento, volviéndose entonces
contra él o abandonándolo todos
sus amigos eclesiásticos y de
la Corte, algunos de los cuales,
como el cardenal Volterra y un
general de cierta Orden religiosa,
le habían suplicado en años
anteriores que les cediese la protección de Zequiel. Y como vimos, hasta el cardenal Cisneros le
había pedido en cierta ocasión que le presentase a Zequiel, cosa a la que éste se negó. Se ve que
conocía mejor que Torralba a los políticos y a los jerarcas eclesiásticos.
La manera como el doctor Torralba explicaba sus viajes se asemeja mucho a lo que algunos
contactos modernos nos dicen, y muchísimo a lo que leemos de las brujas. En una ocasión, en
1520, estando en Valladolid, le dijo a don Diego de Zúñiga su gran amigo —otro peje noble que
luego fue el que lo denunció a la Inquisición— que él se iba a ir a Roma «por los aires, cabalgando
en una caña y guiado por una nube de fuego», cosa que en efecto hizo, ya que al día siguiente de
decir esto estaba en Roma.
Mucho más interesante fue la descripción de cómo hizo el viaje de ida y vuelta de Valladolid a Roma,
en 1527. He aquí cómo lo cuenta Menéndez Pelayo:
«Salieron de Valladolid en punto de las once, y cuando estaba a orillas del Pisuerga, Zequiel hizo
montar a nuestro médico en un palo muy recio y ñudoso, le encargó que cerrase los ojos y que
no tuviera miedo, le envolvió en una niebla oscurísima y después de una caminata fatigosa, en
que el doctor, más muerto que vivo, unas veces creyó que se ahogaba y otras que se quemaba,
remanecieron en Torre Nona y vieron la muerte del Bor-bón y todos los horrores del saco. A las dos
o tres horas estaban de vuelta en Valladolid... Antes de separarse, Zequiel le dijo al doctor: “Desde
ahora deberás creerme cuanto te digo.”»
Sería demasiado largo transcribir todos los pormenores de la vida del doctor Torralba. En los anales
de la Inquisición, en donde se narra todo su proceso, hay muchos otros detalles que nos dan derecho
a ver en él a un auténtico «contacto» del siglo xvi. Naturalmente, las circunstancias en que él vivió
son las que condicionan su descripción de todo el fenómeno, con ausencia de detalles técnicos de
instrumentos, aparatos o vehículos espaciales. En cambio sí se hace curioso el uso de un palo para
cabalgar sobre él, que lógicamente tenía que resultar tan sospechoso para los inquisidores, como
el uso de fórmulas cabalísticas o la relación con las fases de la Luna, y hasta la aparición repentina
de un pequeño ser, sucedida a instancia de Zequiel en Madrid. De todos estos detalles podríamos
hablar mucho, pero no es éste el lugar para hacerlo.
Por supuesto que la ciencia oficial (en este caso representada por el famoso psiquiatra español

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doctor López Ibor) no cree que los hechos narrados por el doctor Torralba y admitidos por la
Inquisición sean verdaderos, y de hecho le llama a Torralba «gran embustero y loco» y dice de él
que eso les sucede a los que «mienten mucho en diferentes tiempos», añadiendo que lo hizo por
«necios caprichos o locuras perniciosas».
Discrepamos radicalmente del doctor López Ibor. Una vez más la ciencia, por sus mismos principios
parciales y en cierta manera miopes, se autolimita incapacitándose para poder ver la realidad.Ésta
es la razón por la que repetidamente sostengo que hay ciertos campos en los que los investigadores
tienen que seguir sus indagaciones sin preocuparse demasiado de lo que la ciencia oficial diga, ya
que ésta lógicamente será la última en enterarse de cuál es la realidad. La psiquiatría, en concreto,
dará un paso trascendental cuando se entere de cuál es la realidad que hay detrás de los hechos
descritos por el doctor Torralba.
Si él fuese el único en contar semejantes cosas yo sería el primero en atribuir todas sus narraciones a
pura fantasía. Pero a lo largo de la historia y en nuestros mismos días ha habido y hay innumerables
hombres y mujeres que nos cuentan cosas semejantes. Y muchos de ellos, al igual que Torralba,
tienen pruebas para demostrar que lo que dicen es verdad. Lástima que en muchas ocasiones la
ciencia prejuiciada no tenga oídos para analizar esas pruebas.
Por aquellos mismos años, en tierras de Navarra y La Rioja se decían cosas muy parecidas de
un eclesiástico, el cura de Bargota, cerca de Viana, «que hacía extraordinarios viajes por el aire,
pero siempre con algún propósito benéfico o de curiosidad, como por ejemplo el de salvar la vida
a Alejandro VI contra ciertos conspiradores, el de presenciar la batalla de Pavía, etc., todo con
la ayuda de su “espíritu
familiar” cuyo nombre
no ha llegado hasta
nosotros».
Y para que el lector
vea que semejantes
hechos no son puras
habladurías fruto de la
mente calenturienta del
pueblo, le diremos que
el año 1527, un año
antes de la prisión de
Torralba, la Inquisición
de Navarra celebraba
un
juicio
contra
veintinueve brujas a las
que condenó por delitos
de hechicería, entre los
que estaba el «volar por
los aires». Y vea el lector lo que el sesudo Menéndez Pelayo dice al respecto:
«El juez pesquisidor quiso certificarse de la verdad del caso y ofreció el indulto a una bruja si a su
presencia y a la de todo el pueblo se untaba y ascendía por los aires, lo cual hizo con maravillosa
presteza, remaneciendo a los tres días en un campo inmediato.»
Es decir que según las actas, se elevó realmente por los aires y por allá anduvo nada menos que
tres días. Pero en vez de estudiar seriamente cómo podía realizar semejante proeza o en vez de
darle por ello una medalla como a la primera mujer astronauta, el fanatismo de aquellos jueces
hizo «que las brujas fueran condenadas a azotes y cárcel de resultas de toda aquella barahúnda».
Para los jueces o para don Marcelino, elevarse por los aires únicamente era «una barahúnda». Así
procede la ciencia prejuiciada y así ha procedido y sigue procediendo la justicia en nuestros días
cuando los jueces están imbuidos de principios religiosos fanáticos.
Y las brujas navarras tuvieron suerte, porque algunas de Zaragoza «fueron relajadas al brazo secular
(es decir, fueron quemadas vivas), en 1536, tras larga discordia de pareceres entre los jueces».
El lector pensará que todas éstas son «historias» en el sentido peyorativo de la palabra. Pero debe

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saber que en nuestros días sigue sucediendo lo mismo, aunque naturalmente no pasen cosas así
todos los días y precisamente donde él está.
Yo para poder ver algo por el estilo tuve que tomarme el trabajo de viajar hasta el centro de Portugal,
en Ladeira do Pinheiro, en donde la vidente María da Conceiçao se había ya elevado en el aire en
no menos de dieciséis ocasiones, perdiéndose en algunas de ellas entre las nubes, en presencia de
cientos de devotos que rezaban fervientemente el rosario.
Yo no fui tan afortunado como para ver tamaño prodigio, pero sí pude ver cómo comenzaba a
elevarse en el aire hasta una altura como de medio metro, pasándose en seguida a una silla en la
que estuvo en trance unas dos horas.
Y en el campo de la ovnística, es famoso el caso de un paracaidista que tras haberse lanzado de su
avión tardó tres días en llegar a tierra, sin poder recordar dónde había estado en todo aquel tiempo.
En los capítulos finales de este libro, el lector encontrará a modernos doctores Torralba con sus
correspondientes «Zequieles». Pero para describir sus biografías no tendré que acudir a ningún
historiador, porque yo mismo he sido testigo directo de sus increíbles hazañas.
Caso n.° 2 EL JUGUETE IMPOSIBLE
Narraré este caso tal como me lo contó el mismo testigo, que únicamente me dio permiso para
hacerlo tras muchas vacilaciones y con la condición estricta de que omitiese todos los detalles que
pudiesen llevar a alguien a su identificación.
Hace unos años, hechos como éste eran los que hacían perder credibilidad al fenómeno OVNI y
desanimaban a los investigadores que se consideraban a sí mismos «científicos». Sin embargo hoy,
después de 30 años largos, los investigadores más despiertos, y en cierta manera la opinión pública,
están ya más preparados para aceptar este aspecto paranormal del fenómeno, lo mismo que se
van convenciendo de sus muchos aspectos parafísicos que tanto intrigan y hasta malhumoran a los
conocedores de las ciencias físicas.
Omitiré por lo tanto nombres y ubicaciones, tal como me lo pidió el contacto, quien bastante ha tenido
ya que sufrir con haber sido testigo mudo por tantos años de hechos tan alucinantes e «imposibles».
Hace algo más de 45 años, cuando nuestro testigo (al que en adelante llamaremos Julio) tenía
menos de 10 años de edad, vio encima de sí, en una región en la que siempre ha existido una
gran actividad ovnística, algo que flotaba
en
el aire como a unos 20 metros de altura.
Por supuesto que él no tenía idea de lo
que era aquello, pues nunca en su vida
había oído hablar de semejante cosa,
pero su ingenuidad de niño campesino,
junto con la natural curiosidad de su
edad, lo impulsaron a interesarse por
averiguar qué era aquella cosa
extraña que flotaba en el aire.
En vez de huir o asustarse se dedicó
a observar. Al cabo de un rato
sintió que de arriba lo alzaban y en
pocos instantes se vio dentro
de una habitación circular, con una
luz «que no era como la del
Sol» y rodeado de objetos y cosas
que no sólo no le eran
familiares, sino que eran totalmente
distintas
de todo lo que él había visto
hasta entonces.
Aún no había salido de su asombro
cuando
vio
una niña como de unos seis
años que vino hacia él muy sonriente
y en ademán de jugar y efectivamente en seguida
empezó a enseñarle todos los juguetes que ella tenía en aquella casa tan rara.
Julio observaba todo con mucha atención, y aunque se daba cuenta de que estaba viendo cosas que
nada tenían en común con lo que él había visto hasta entonces, en la humilde casa de sus padres
o en cualquier otro sitio, no estaba atemorizado y sí genuinamente interesado en todo lo que le
estaban enseñando. La niña siguió mostrándole sus juguetes hasta que llegó a uno que será el
objeto central de este caso.
El juguete era una caja pequeña de unos 20 X 20 X 10 cm y no tenía nada por fuera que indicase sus
enormes potencialidades. La niña ponía sus pequeñas manos sobre ella y en seguida se empezaba
a formar en la parte superior de la caja una especie de vapor hecho de muchas luces, que giraba
vertiginosamente, hasta que casi de repente aparecía ante ellos una criatura pequeña, humanoide,

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como de un metro de altura y una inteligencia semejante a la de un mono. No hablaba y parecía
estar muy extrañada del lugar en que se encontraba de repente, como si la hubiesen traído allí
contra su voluntad.
La niña era capaz de sacar de la caja cuantas criaturas quería, todas semejantes a la primera, y
todas le obedecían sin chistar incluso cuando las volvía a meter, haciéndolas desaparecer dentro de
la caja de la misma manera misteriosa como las había sacado. Primero las convertía en una especie
de vapor, que repentinamente se precipitaba por una pequeña rendija hacia dentro. Digo que las
hacía desaparecer dentro de la caja porque las criaturas evidentemente no cabían dentro, aunque
hubiese habido una sola. Daba más bien la impresión de que se desmaterializaban.
Julio pasó un gran rato allá dentro conversando con la niña y viendo las muchas cosas que ella
le enseñó, hasta que llegó la hora de irse. Entonces la niña le dijo si quería quedarse con la caja,
porque él había mostrado mucho entusiasmo cuando la veía sacar de ella con tanta facilidad
aquellos «monitos». Sin pensarlo mucho le dijo que sí y ella se la dio.
Lo bajaron de la misma manera que lo habían subido, y he aquí a Julio poseedor de algo que desde
aquel momento se iba a convertir en el centro y en la preocupación de toda su vida.
Naturalmente guardó con gran celo su misteriosa caja y hasta la escondió de miradas demasiado
inquisidoras, pero no hizo de ello un secreto inviolable. Gozaba mucho mostrándosela a escondidas
a sus amiguitos y recuerda que hacía una especie de pequeño circo (para cuya entrada cobraba un
centavo) en el que sacaba alguna de aquellas criaturas de la caja ante el asombro de sus pequeños
compañeros de escuela. Las personas
mayores nunca asistían a aquellas
«fantasías» de muchachos y hacían en
pequeño lo que la sociedad hace en grande:
si alguno de sus hijos les contaba lo que
había visto, simplemente lo achacaban
a «imaginaciones de niños». Aunque
también es cierto que Julio nunca sacaba
ningún monito cuando había algún adulto
presente. Esto contribuyó a la idea de
que todo eran «cosas de muchachos».
Pero sucedió algo inesperado. La niña
le había explicado bien a Julio cómo
tenía que hacer para volver a meter
los «monitos» dentro de la caja, pero
Julio, a pesar de que lo intentaba no lo
lograba. Las criaturas, en cuanto salían
de su asombro inicial, se quedaban
durante un tiempo al lado de la caja,
como esperando las órdenes de
Julio, pero dando muestras de un
gran nerviosismo. Más tarde,
cuando éste intentaba volverlas
a meter y no lo lograba,
repentinamente se iban, a
una velocidad vertiginosa, y
se perdían entre la maleza.
Estas
criaturas
se
convirtieron bien pronto en
una pesadumbre para Julio,
porque lejos de desaparecer
comenzaron a molestarlo y a amargarle la
vida.
Primeramente cuando él, mediante
la imposición de las manos sobre la caja las hacía salir de dentro, las criaturas no salían de
una manera tan fácil y natural como lo hacían con la niña, sino que, por el contrarío, cuando se
materializaban delante de sus ojos, se mostraban contrariadísimas como si hubiesen sido traídas
a la fuerza de otro sitio y comenzaban a mirar a todas partes y a dar señales de gran intranquilidad
buscando por dónde huir, y de hecho lo hacían en cuestión de segundos, con unos movimientos
eléctricos, sin que se dejasen agarrar ni tocar de nadie. Más bien se mostraban hostiles a la gente,
aunque la gente mayor parecía no verlos. Sin embargo, los niños y los animales, sobre todo los
perros, los veían muy bien y huían a toda velocidad ante ellos.
Al cabo de un tiempo estas criaturas comenzaron a acercarse a la casa de Julio y a todas horas
merodeaban por los alrededores. A veces se acercaban a él (la única persona con la que hacían
esto) y hasta llegaban a tocarle, mostrando muy poco respeto por él: hasta se atrevían a hacerle
bromas muy rudimentarias y de mal gusto.
Durante años, cuando Julio iba de un lado a otro por el campo, ellos lo acompañaban, aunque
siempre a cierta distancia. La gente no los veía pero, como dije, los animales sí, y se alejaban en
seguida cuando ellos se acercaban, dando señales de gran miedo o inquietud.
Julio no sabía qué hacer, y esto a lo largo de los años se ha convertido en un calvario para él,
pudiendo decirse que ha marcado fatídicamente toda su vida.

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En la actualidad él ya no tiene la caja consigo; la arrojó al mar amarrada a una piedra, muy lejos
de la orilla, porque parece que lo que atraía a las criaturas era la caja y de hecho hace tiempo que
éstas ya no lo visitan.
En un determinado momento de nuestra larga conversación — aunque posteriormente lo he visitado
más veces— me dijo Julio con acento apesadumbrado: «Créame, lo que yo quisiera es morirme.»
A mi pregunta de por qué, me contestó, siempre con el acento de un hombre que lleva encima de
sí un gran peso o una gran preocupación: «Ya no quiero ver más cosas extrañas. Lo que quiero es
descansar.»
Todo esto me dejó con muchos interrogantes en la cabeza. En realidad, me dio la impresión de que
aún tenía más cosas que decir, que se reservaba, y que ellas eran las que le causaban todo ese
cansancio de vivir.
Él relaciona estas criaturas con ciertas desgracias que han sucedido por aquella región y cree que
son capaces de hacer mucho mal y que de hecho lo
hacen algunas veces. Según parece, en la actualidad
merodean cerca de un lugar en la montaña, en donde
por un tiempo tuvo escondida la caja, y es peligroso
para la gente acercarse por allí. Me mencionó en
concreto varias muertes que él creía habían sido
causadas por ellos.
Aunque hace ya bastantes años que hizo salir a la
última criatura de la caja, da la impresión de que está
preocupado y apesadumbrado por las más de cien
que hizo salir y que ahora pueden convertirse en una
amenaza pública. Me pareció que se sentía culpable
de haberlas traído a este mundo, pues se ve que las
criaturas son forzadas a venir a un sitio en donde se
sienten fuera de su ambiente y están como penando,
sin encontrar cómo volver a su mundo, y él tampoco
puede hacer nada.
Éstas no son las únicas aventuras de Julio como contactado del más allá. Aparte de estos seres
misteriosos Julio ha estado en varias ocasiones en contacto con naves de otros mundos y con sus
tripulaciones. Pero sobre todo me contó algo que es de un gran interés para la temática general de
este libro y que veremos aflorar de nuevo en capítulos posteriores.
Para los desconocedores del tema y para los incrédulos sistemáticos es algo que resta credibilidad
a todo este asunto, pero para los que hace años andamos en esto, es algo que, por el contrario, la
acrecienta.
Julio me contó con gran reserva que en dos ocasiones ha sido forzado a tener actos sexuales con
mujeres extrañas, que aunque se parecían mucho a las humanas, no eran sin embargo exactamente
como ellas. Uno de estos incidentes que se produjo en lo alto de una montaña, tiene algún parecido
con el caso clásico de Vilas Boas, en Brasil, aunque en el caso de Julio todo sucedió fuera y no
dentro del OVNI.
El lector podrá pensar que todo esto son fantasías, pero Julio tiene testigos, si no para probar que
todos los detalles de lo que dice son absolutamente ciertos, sí para atestiguar que los OVNIS pasan
a escasos metros del techo de su casa cuando él dice que van a pasar y algunos otros hechos
extraños. Su mujer y dos de sus hijas así me lo atestiguaron y me describieron cómo era el objeto
que pasó a cámara lenta a muy pocos metros de la azotea de su casa. Otros vecinos pueden
atestiguar lo mismo.
En cuanto a los «muñecos» de la caja, todavía queda algún sesentón que se acuerda de ellos. Dos
años más tarde de haber recibido estas confidencias de Julio consulté mi libreta de notas, donde
tenía apuntados los datos concretos que él me había dado. Allí estaba el nombre de uno de sus
amigos de la infancia que había visto en varias ocasiones cómo él sacaba aquellas criaturas de
la caja. Julio sabía que vivía en un barrio específico de una ciudad distante como unos sesenta
kilómetros, y me dio un detalle concreto por el que se podía localizar. Me dijo que él había perdido

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todo contacto con esta persona desde hacía muchos años, pero yo me decidí a buscarlo y corroborar
así tan extraña historia.
Me tomó casi un día entero dar con el, pero por fin lo encontré. Le hablé de su infancia, de su pueblo
natal y de Julio. En cuanto se lo nombré y le pregunté si recordaba el circo que montaba, sonrió y
moviendo la cabeza con un ademán de incredulidad dijo rotundamente:
—Aquel cabrón no sé cómo lo hacía.
—Pero ¿qué hacía? —dije yo.
—Tenía una caja de zapatos de la que sacaba unos monos, que la primera vez que los vi delante
de mí, dispensando, me lo hice por los pantalones.
—¿Y se acuerda cómo eran?
—Mire usted. Yo era muy niño. Y me fui muy pronto de aquel pueblo. De eso hace como 50 años y
apenas si me acuerdo. De lo que sí me acuerdo es que yo los vi en sólo dos ocasiones, y me dieron
tal miedo que por la noche soñaba con ellos y me despertaba llorando y me iba corriendo a la cama
de mis padres. Y como esto pasó varías veces ellos me prohibieron andar con Julio.
—Pero ¿cómo eran aquellos monos? —insistía yo.
—No recuerdo bien. Casi no me atrevía a mirarlos. Eran tan altos como yo y feísimos, con unas
orejas en punta. Y se movían a una velocidad que a veces desaparecían de la vista. Era como si
fuesen eléctricos.
—¿Y qué pasaba con ellos?
—Pues no sé decirle.
—¿Y cómo los podía sacar de una caja de zapatos, si eran tan altos como usted?
—Eso me pregunté después muchas veces. Entonces era tan pequeño que no me lo cuestionaba,
aparte del mucho miedo que les tenía. En cambio había otros muchachos algo mayores que le
decían que -sacase más. Aunque tampoco debía de parecerles raro lo que hacía.
Apenas si le pude sacar más datos. Pero lo que me contó fue suficiente para convencerme que lo
que Julio me había narrado no eran invenciones suyas.
Posteriormente, después de haber escrito las líneas anteriores y en el mismo país en que reside Julio,
he entrado en contacto directo y asiduo con una persona, gran investigador de estos fenómenos,
que me ha corroborado en muchísimos detalles muchas de las cosas que Julio me ha contado, con
la particularidad de que esta persona no conoce a Julio ni tiene noticia alguna de las cosas que le
han sucedido. Esta persona, cuya casa está bastante aislada en la montaña, ha visto en muchas
ocasiones a unos extraños seres que en líneas generales coinciden con los de Julio; y no sólo los ha
visto, sino que ha empezado a tener alguna relación con ellos, a pesar de que le he advertido que a
la larga es peligroso para los humanos relacionarse con este tipo de criaturas (1).
(1) Después de escritas estas
líneas me he vuelto a comunicar
con esa persona,precisamente
para saber cómo le iba en su
relación con dichas criaturas. Me
ha dicho que tuvo que mudarse de
aquella casa, porque en cuanto
estaba solo enella, aparecían
las criaturas y lo asediaban de
tal manera que llegó a cogerles
miedo.

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Celebramos junto con nuestro amigo y colaborador Senén Duran Gutiérrez la edición de
su nuevo libro, que como todos los anteriores será un deleite para el lector.
SENÉN DURÁN GUTIÉRREZ
Escritor.
amautasenen32@hotmail.com
Investigador Etnográfico Regiones Tarapacá y Arica - Parinacota
NOVEDAD EDITORIAL

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P
ausadamente vamos pasando de la negación a la confirmación de la existencia de naves
procedentes de otros lugares del universo, en concreto de nuestra Vía Láctea.
Como todos ustedes saben, estamos en los arrabales de nuestra galaxia. Por tanto,
separados del centro de la Vía Láctea, donde los astros y los sistemas planetarios distan horas
y en algunos casos días, siguiendo la pauta de la velocidad de la luz. Ni que decir tiene que ese
acercamiento ha sido durante eones un motivo de avance técnico al existir una aproximación de
cultura, y por ende un avance tecnológico.
Nosotros, además de nuestra lejanía del centro de la Vía Láctea, hemos contado con la cerrazón
de los pueblos y de los estados, estos deberían pedir perdón a todos los investigadores, a todo los
testigos de incidentes ovni, en definitiva pedir perdón a toda la humanidad por estar engañando
durante tanto tiempo. En el ambiente se respiran aires de cambio, y hemos querido hacer una
pequeña sinopsis sobre la literatura de los posibles seres que nos han visitado en los últimos años.
En otro momento trataremos de los antiguos dioses (ET) de la antigüedad.
La verdad que resulta complejo admitir la existencia de tantas razas sin que la mayoría de los
ciudadanos tengan noticia de ello. También es curioso y a la vez preocupante que la Tierra sea el
centro de reunión de tantas razas. Tampoco deja de ser extraño que la mayoría firmen tratados con
la misma nación, cuando en ella no se cultivan ni las
buenas costumbres ni la equidad humana, solamente
el ansia de poder y el de subyugar a todo lo que no
lleve las barras y las estrellas. Por favor, quienes estén
en contra de esa bandera no piensen que me alineo
con los de la antigua hoz y martillo, pues ese fue uno
de los mayores azotes que recibió nuestro planeta.
Una vez aclarado este punto pasemos a reunir apuntes
y escritos donde se ha tratado sobre humanoides.
Los contactados también han descrito algunos
centenares de casos, pero prefiero ignorarlo ya que
la mayoría no resiste un profundo análisis. Esto no
quiere decir que aquello que vamos a tratar reúna las
condiciones específicas para considerarlo verdadero,
aunque muchos vienen refrendados por personajes
de la ciencia y de la entidad militar. Gracias a Dios
no tenemos de políticos y, de contar con ellos, no
lo consideraríamos. Creo que no hacen falta más
explicaciones.
Como es un trabajo sólo informativo, no científico, no
guardaremos un orden, sino que lo expondré según
me venga a la mente. No por ello quiero decir que sea
producto de la imaginación, sino de datos publicados
en diferentes medios, con preferencia dentro del grupo
de investigadores del FOVNI.
LA TIERRA, LA CALLE MAYOR DE
NUESTRA GALAXIA
Eduardo Aguirre

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En este breve resumen trataremos tanto de los
ocupantes de los aparatos, como de aquellos otros
casos que se divisaron personajes sin ninguna clase
de vehículo. Empezamos nuestras catalogaciones
siguiendo la versión de los testigos y se clasificaron
por grupos según su altura, su forma, los que llevaban
casco y los que no disponían de él. Modernamente
se habla de razas, de procedencias y, en fin, de
muchas cosas, sin detallar caracteres, estructura
ni morfología. A fin de cuentas no tenemos que
quedarnos con las versiones de algunos científicos
que dicen una u otra cosa.
Jader U. Pereira elaboró entre 1968 y 1970 un listado
de 333 casos. Lamentablemente, años después
se dieron importantes oleadas que el insigne
investigador no recogió o, por lo menos, desconozco
si lo hizo. De esos casos fueron rechazados 103 por
diferentes causas, y un porcentaje importante por
carecer de información suficiente.
La diferencia entre los casos recogidos por Pereira
y los actuales, nos referimos a los que trabajan
con organismos estatales, no parece seguir la
misma pauta; en otras palabras, parecen existir
diferencias muy importantes; hecho que realmente
nos asombra. Quizá podamos sacar de aquí una
pauta, como que ellos puedan adquirir diferentes
formas atendiendo a cada circunstancia.
Si la clasificación de Pereira se actualizara seguramente sobrepasaríamos los quinientos casos, siempre
siguiendo la pauta primigenia, o sea, el aporte de testigos recogidos por investigadores del tema.
Ninguna disciplina, excepto la nuestra, ha sido tan vapuleada por francotiradores de todo tipo. Si de
por sí nuestra materia es difícil y compleja, la entrada de elementos ajenos a la misma hace que la
situación sea más engorrosa y de más difícil credibilidad.
Punto y aparte merece el contactado George Adamski (1981-1965) cuya duda nos llevara a la
tumba. Los incidentes nacieron en el peor lugar del mundo, en donde la desinformación estaba y
está a la orden del día. Aparatos por él reportados fueron vistos en diferentes partes del mundo, y
en diferentes fechas.
De igual forma, el contactado suizo Eduard Meier, que en la década de los setenta fotografió una serie
de objetos sobre los valles de Unterbactel y Bachtelhornli; también muy polémico. Todos los casos
en que intervienen
humanoides son
cuestionados, no
podía ser menos.
Coronel Philips Corso
Federación
Galactica.
Venusiano según
Adanski.

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UMMITAS
Nos atenemos siempre a los escritos y a las diferentes versiones recogidas, vienen a ser muy
semejantes a los humanos. Credibilidad hasta hace unos años: cero. Después de conocer algunos
pasajes del científico francés Jean Pierre Petit, la situación ha quedado en suspenso. Ahora bien,
para aquellos universitarios, y no tan universitarios, los ummitas son una patraña. Aunque los
documentos del INTA habían sido falsificados por el amigo Rafael Farriols, con el beneplácito de
Antonio Ribera, la cuestión la tenía clara, y creí que aquí acababa todo el asunto. Las ultimas
indagaciones en el otoño del 2009 me hacen pensar que en el problema Ummo intervinieron
diferentes facciones y con diferentes propósitos.
A través del tiempo fueron surgiendo algunos detalles que parecían no encajar en el enorme puzzle
del affaire Ummo. Recuerdo hace ya treinta años cuando un antiguo amigo me explicó la visita
que había recibido de los hombres de negro, y le hablaron del padre Enrique López Guerrero. Esa
Detalle de un Alien

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es otra cuestión que comentaremos en
su día, pues se sale de contexto. Quiero
decir con ello que la historia no se ha
completado, ya que existen muchos
cabos sueltos. Por tanto lo de Jordan
Peña fue una simple marioneta cogida
y expulsada cuando se valieron de ella.
Entre los documentos ummitas hay
algunos auténticos y otros que no lo
son. Entre los auténticos están los que
le sirvieron al científico francés para
patentar algunos inventos.
LOS GRISES
Durante muchos años han sido
la comunidad ET más nombrada.
Se ha discutido si son robots o
corresponden a un tipo de humanoide.
Por sus reacciones y su estado de
espera, como si dependieran de una
autoridad, han sido considerados
como robots biológicos. Su mirada,
sus reacciones y su andar parecen
corresponder a la tipología de seres
manipulados.
En las investigaciones llevadas a cabo
por Budd Hopkins y David Jacobs sobre
el tema de las abducciones, en muchos
casos sale la figura de los grises delante
de una mesa quirófano.
Es la presencia más acusada en el
entorno ovni. Da la impresión que
reciben órdenes de de otros seres más
altos y de tipología diferente. Quizá
los grises son los ET más nombrados,
y los que figuran con más insistencia
en los casos de abducciones. Son
seres de apariencia robótica, fríos y sin
expresión. Es la figura más plasmada en libros y revistas y en múltiples objetos de plástico y
cerámica.
Sobre las costumbres y caracteres de estos transeúntes del espacio se sabe muy poco y también
existen juicios divergentes. Palacios nos dice que los grises son los que realizan las mutilaciones
y que sus andares lo lleva a situarlos a 1955, pero esta fecha no cuadra con la del comienzo de las
mutilaciones. (86)
Si prestamos atención al ingeniero y geólogo Phil Schneider, durante unas perforaciones con
máquinas asombrosas se encontraron con una base de grises, que al parecer llevaban allí más
de 400 años con el beneplácito del gobierno secreto. En los trabajos que se realizaron bajo tierra
tuvieron lugar graves enfrentamientos y muertes por los dos bandos. La verdad que cuando escribo
esto no sé si responde a una ficción o a una realidad. Si no conociera algunos datos que me llegaron
extraoficialmente esto no lo hubiera escrito nunca.
No nos extenderemos más, pues saldrán en diferentes situaciones posteriores.
Algunos autores han establecido subgrupos de grises dentro del grupo, y eso parece hilar la
madeja.
Escultura

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REPTILIANOS
Cuando los grises empezaron a decaer fueron surgiendo
los reptilianos, antiguos habitantes de la Tierra, según
dicen ellos. Todo lo que se dice de este pueblo, raza
o civilización es completamente absurdo. Presumen de
su capacidad intelectual y desplazan al homo sapiens
a estado esperpéntico. Me resultaría extraño ver a un
lagarto manipulando una astronave. Sin embargo, las
versiones que nos llegan aseguran que son semejantes
a los humanos y, tanto las hembras como lo varones,
tienen órganos reproductores como los humanos,
aunque sus tamaños son menores. Los pechos de
las hembras son algo menores que los de las mujeres
humanas. Copio textualmente de un escrito de Lacerta,
una reptiloide con ganas de hablar.
Parece que en la época que vivimos está todo permitido,
y algunos investigadores disponen de un aparato
digestivo a prueba de explosivos. A primera vista parece
que no solamente lo digieren sino que además se lo
creen. Resulta absurdo que alguien que obra en secreto
y desea apoderarse de su enemigo dé tantos datos.
Los reptilianos y otros están fuera de contexto, es como hablar de la metamorfosis de los batracios.
En este tema basta que un iluminado hable de cualquier tontería para que se sumen montañas de
seguidores.
Los escritos sobre una reptiliana llamada Lacerta disponen ya de centurias de seguidores que,
todos juntos, no aprueban un examen de primaria. Entre muchas de las cosas que dice la buena
mujer, es que proviene de una ciudad subterránea secreta, aunque en alguna ocasión da cierta
pista para localizarla. El centro del enclave dispone de un altísimo edificio donde se ubica el centro
religioso, además del control climático y del sistema eléctrico. Resultaría curioso ver un altísimo
edificio dentro de una cueva. Esta reptiloide va describiendo algunas costumbres terrícolas a la vez
que las va criticando. En todo este contexto llega un momento en que nos dice que entregamos, a
los malos, el acceso a nuestro ADN,
y la especie ET vieron que éramos
criaturas de pensamiento simple.
Esta Lacerta no recuerda bien lo
que dice, seguramente por hablar
tanto, y no recuerda lo que dijo en
otro momento. Por un lado explica
que nuestra tecnología proviene de
naves supuestamente estrelladas,
para que los humanos captáramos
su ingeniería. Sin embargo, en otro
momento dice que de 1960 a 1970
los ET nos entregaron tecnología y
que las naves triangulares son un
concepto humano. En otro momento
de la conversación la señora Lacerta
dice que las especies más altamente
desarrollada no se involucran en
nuestros destinos, pues para ellos
somos como animales
En el congreso de Sitges se habló
de los reptilianos y, cómo no,
Grises
Lacerta

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salió a relucir la figura del Dr. Steven Greer,
etiquetándolo sin más como perteneciente a la
raza de los reptiles. Los argumentos que les
llevaron a ese calificativo fueron los siguientes.
¡Fíjese como saca la lengua! ¡Fíjese como
mueve el cuello! ¿Ha visto cómo come? Así
que tengamos de ahora en adelante cuidado
con los ademanes que hacemos para no ser
tachados de animales con cola.
Frank Hatem en su obra La Conjura de
los Reptilianos suma un compendio de
despropósitos que hace que resulte compleja
y de difícil comprensión su lectura. Lo que
llegamos a entender no es del todo cierto.
Según él, el hombre era vegetariano hasta hace
dos siglos; seguramente no está al corriente
de los descubrimientos antropológicos
según los cuales el hombre no solamente
no era vegetariano, sino que era carnívoro y
carroñero. (294)
Algunas de las tácticas que dicen disponer
los reptilianos, no es ni más ni menos que la
política que aplica algún bolonio con mando.
De todas formas, felicito al lector que haya
asimilado la lectura del libro y que lo haya leído
hasta el final; eso congratulará al ontólogo
Frank Hatem,
Si todo lo concerniente a los reptilianos se
encuentra en el compendio de F. Hatem, ya
podemos dormir tranquilos.
En definitiva, podemos decir que la idea de los
reptilianos, u hombres lagartos, corresponde
más bien a los cuentos de ficción, como
aquellas aventuras de Flash Gordon, cuando
entra en las cuevas dominadas por los hombres
lagartos.
LOS ET EN CONTACTO CON EL
PODER OCULTO
El científico Michael Salla, muy conocido por
sus libros sobre este tema, es muy distinguido
por los cargos que desempeñó en diferentes
universidades; en el 2005 fundó la Exopolitics
Institute. Para este científico existen diferentes
civilizaciones extraterrestres. En una ocasión
llegó a decir que concurren en nuestro espacio
nada menos que 56 razas, según datos
aportados y recogidos en 2005. Tal como van
las cosas quizá ahora sean algunas más.
Sin embargo, Cliford Stone, un militar que
estuvo durante años en el bando de la
ocultación ET, cambió de criterio y confesó que se ha llegado catalogar 57 razas, una más que en
el estudio del Dr. Salla. Para Stone, todos los extraterrestres son pacíficos.
Michael-Salla

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El Dr. Salla los divide en esencia en dos grandes
grupos; a saber:
1.- Los que tratan con el gobierno en la sombra
2.-Los que obran con independencia de las
naciones
El científico Michael Wolf, ya fallecido, clasifica
una serie de razas unificadas con una misma
intención, pero con elementos hostiles a la Tierra
y a otras culturas. Para Wolf existen las siguientes
razas:
1.-Los de Orión. Constelación de Orión. Que
actúan bajo el nombre de Unión de razas de
Orión.
2.-Los de La Alianza. Proviene del sistema solar
de Altaír Aquila. Estos tienen una similitud al
aspecto humano.
3.- La Federación de los Mundos, como su
nombre indica en un aglomerado que reúne
diferentes procedencias.
El militar Bod Dean, que desempeñó cargos en los
servicios de inteligencia del ejército, manifestó en
varias ocasiones, dejándolo también por escrito,
que existen cuatro razas de extraterrestres.
El coronel Philip Corso, un personaje que
desempeñó altos cargos en la administración,
dejó escrito que había visto algunos grises
provenientes del estrellamiento de Roswell.
Por orden alfabético enumeramos los principales
alienígenas contemplados en
diferentes escritos:
1.- Alfa Centauro
2.-Andromedianos
3.-Annunaki
4.-Arcturianos
5.- Draconianos
6.-Grises bajos
7.-Grises altos
8.- Lyrianos
9.- Nórdicos
10.-Pleyadianos.
(Según
autores
estos
están
integrados en el grupo de los
Nórdicos)
11.-Procyonos
12.-Rigelianos. Zeta Reticuli.
La Corporación
13.-Reptilianos
14.-Sirianos
15.-Tau Ceti
16.- Ummitas
17.-Vegalianos
En algunos lugares ha
figurado la tipología de estos
Tres morfologías diferentes

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seres, así como la conducta y hábitos. No tomamos partido por ninguna de estas clasificaciones,
y menos cuando tratan de su conducta. En Estados Unidos se han formado clanes defendiendo
la existencia de todas estas razas. No es de extrañar que cuando cualquier predicador exhorta
cualquier cosa nade en la abundancia. Allí todo es creíble. Quizá sea por la raza, por la idiosincrasia
o por su sistema de creencias.
Todas estas razas están agrupadas en diferentes cofradías, como los de la ALIANZA, que reúnen
a la tipología humanoide de Altair y las de las Pléyades. La CONFEDERACION reúne a los de Zeta
Reticuli. FEDERACION GALACTICA, comandada por el popular y conocido comandante Ashtar
Sheran. LA FEDERACION DE MUNDOS, como su nombre indica son todos aquellos que no están
incluidos en los apartados anteriores. RAZA UNIDA DE ORION, perteneciente a las Tres Marías.
Estos datos provienen del científico estadounidense Michael Wolf, fallecido hace unos meses,
Gordon W. Creighton, fue un personaje de vasta cultura y que hablaba varios idiomas con gran
soltura; su currículum es inmejorable. Este magno hombre había llegado a compartir algunas
enseñanzas del Corán; según el Islam, en el universo existían tres clases de seres inteligentes; a
saber:
1.- Los Mensajeros, llamados también Ángeles
2.-Las Jinas, criaturas del mundo oculto.
Atributos de las Jinas:
a.-Invisibilidad; b.-Se puede transformar; c.-Se pueden materializar; d.-Pueden aparecer en forma
de animales; e.-Gustan de confundir a las personas: f.- Pueden raptar humanos; g.- Prueban a los
humanos.
3.- Los hombres, formados de arcilla
Frank Drake

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Seguimos con Bill Uhouse, un ingeniero en sistemas de simulación, su lugar de trabajo: las bases
subterráneas americanas. Sobre la vida ET nos dice que la cultura zetarreticuliana tiene creencias
espirituales. Para Uhouse existen seis razas ET que están en contacto con los humanos. Todas
proceden de diferentes lugares y lo curioso que para este Dr. Los reptilianos no los consideran
terrestres. (81)
El ya fallecido Dr. Wolf, en sus largas historias sobre bases secretas y ET, nos vino a decir que los
extraterrestres que viven en la base lo hacen en apartamentos de lujo y espacios de ocio diseñados
expresamente para ellos.
En la red NESSARA, el Dr. Richard Boylan escribió que en España existen mil extraterrestres de tipo
nórdico disfrazados de residentes europeos, y Mosad, el israelita, tiene amistad con los de Altaír.
Boylan comunicó que no solamente vienen los científicos ET, sino también turistas de diferentes
orígenes. En 1990, una nave ET aterrizo en una playa de Puerto Rico, mientras por el cielo volaban
dos F-16, dando la impresión que hacían de escolta a los platillos. El público recibió el evento con
sonrisas y bromas, pero al cabo de un cierto tiempo los espectadores fueron invadidos de una gran
angustia. Reclamaciones del alcalde no sirvieron de mucho y todo ese estudio de comportamiento
quedo archivado como T-52-Exempt.
Para ver las diferentes tipologías humanoides, pueden consultar ESPACIO COMPARTIDO nº 37,
Red NESSARA.
¿Qué piensa la Iglesias de todo este entramado?
Monseñor Belducci, q.e.p.d., admitió la existencia de seres de esta galaxia y de otras. Balducci fue
respetado por todos los investigadores y contaron con él para sus estudios. El mismo Dr. Steven
Green , era amigo personal del monseñor .
¿Qué dice la voz oficial de las barras y estrellas?
En 1982 salió una ley que prohibía establecer contacto con los ET. Federal ET Law.
En la práctica no conocemos ningún contactado que haya sido llevado a los tribunales.
Ya para finalizar en esta calle mayor, donde creíamos que estábamos solos; le preguntamos, en una
ocasión, al científico estadounidense F. Drake
¿En algún momento de su estudio sobre la vida ET ha tenido que silenciar alguna información?
Con una amplia sonrisa y cogiéndonos las manos nos dijo:
VEAN EL FILM “CONTACT”, Y SE DARÁN CUENTA DE LA HISTORIA.
No hizo falta, pues ya hacía tiempo que la habíamos visto. Nos vino a confirmar una vez más la
miseria de los que rigen los destinos de la Tierra
AMIGO LECTOR:
EN LA PRÓXIMA REVISTA CONMEMORAMOS EL
NÚMERO
50
DE
¡¡¡NO SE PIERDA ESTA EDICIÓN ESPECIAL!!!

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NOTA DE COOPERACIÓN
Nuestro amigo y colaborador Carlos Alberto Machado, profesor de la Facultad de Artes del
Paraná, Brasil, nos solicita, datos sobre una antigua colección científica, conocida con el
nombre de LOS CIENTIFICOS. Aquellos que puedan aportar algún dato sobre la misma
pueden dirigirse directamente al autor de la petición. Gracias por vuestra colaboración.
De: Carlos Alberto Machado <cipexbr@yahoo.com>
Assunto: Los cientificos
Para: “Ramon Navia-Osorio” <ramon.navia@iiee.es>
Data: Sábado, 31 de Outubro de 2009, 3:11
Olá Ramon,
escrebo para lhe pedir un pequeno favor.
Necessito localizar qualquer pernosa de la Espanha que tenha conocido la colecion
científica “Los cientificos”, que eran una caixa de isopor con un fascículo de papeleta
con una biografia de uno cientista. Talbes tenga saido en la espanha en formato
diferenciado, dentro de una caixa grande contiendo várias caixitas menores e uno
microscópio pequeno.
Descobri a poco tiempo que las caixitas que fueram criadas aqui en Brasil poderian
ter sido lançadas en espanhol. Estoy pesquisando para mi blog “Os Cientistas”
http://oscientistas.wordpress.com/
que já enviei a usted para conocer.
Agradeceria se usted enviase esse pedido de ajuda para sua red de amigos latinos
para tentarmos encontrar alguna informacion a respecto.
Gracias e saludos de Brasil,
Carlos Alberto Machado
Educacion Phd
Prof. de la Faculdad de Artes del Paraná

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Dos policías vieron un OVNI y contactaron a “hombrecillos”
Dos policías que patrullaban caminos rurales en la zona de Coronel Dorrego, en el sudeste
bonaerense, tuvieron un encuentro cercano del tercer tipo con cuatro hombrecillos de pequeña
estatura que suponen extraterrestres. Otros dos policías, varios vecinos de la zona y un matrimonio
que viajaba en auto, avistaron un Objeto Volador No Identificado (OVNI), precedido por una luz
envolvente de color blanca.
El extraño episodio ocurrió el miércoles a la 1.30 en cercanías de la pequeña localidad de Irene
y tuvo como protagonistas al teniente primero Luis Bracamonte y su compañero, el subteniente
Osvaldo Orellano, con funciones en la localidad de Oriente.
Acostumbrados a recorrer la zona a esa hora de la madrugada, no son de confundir una cosa por otra.
Ambos estaban en su rutina cuando se vieron sorprendidos por un fenómeno inusual. Orellano había
bajado del patrullero y observaba los alambrados, mientras que Bracamonte quedó dentro del móvil.
“Estaba cargando una tarjeta de teléfono en mi celular por lo que me quedé en el vehículo. Mientras
miraba el teléfono en mi mano, veo una luz pequeña, como de una camioneta que se acercaba pero
en cuestión de instantes la luz se hizo más grande como si fuera una camioneta grande y gris que
estaba ya muy cerca. No me inquietó esa visión pero veo a diez metros una figura que se movía
y primero pensé que era un perro... pero cuando veo bien era una silueta como de un hombrecillo
de aproximadamente 80 centímetros, con una cabeza grande, ojos grises prominentes y un color
verdoso. Entonces quise marcar el número de celular de mi compañero que estaba afuera pero
cuando marco el 1 y el 5 mi mano queda como estática. Puedo ver que de ese vehículo o nave
salen tres seres más, dos iguales al primero y un cuarto de aspecto un poco más robusto”, relató
Bracamonte, tal como publicó hoy el diario La Voz del Pueblo, de Tres Arroyos.
“¿Qué pasa? ¿Qué pasa?” gritó Orellano, mientras reaparecía para ratificarle a su compañero que
también él veía a los cuatro extraños hombrecillos, que se volvían sobre sus pasos y subían a la
nave, que “salió desplazándose raudamente hacia el norte, esparciendo una luz blanca que se
extinguió despacio dejando un halo verde y un fuerte olor a azufre o pólvora, haciendo un ruido
como un trueno”, contó el policía.
“Cuando fui a la camioneta estaba Bracamonte en silencio, con la mano inmovilizada por una
desconocida razón. Durante dos horas más tuvo un inconveniente en la vista que hacía que sus
ojos le lloraran, pero no pasó a mayores”, agregó Orellano.
Los policías no fueron los únicos testigos de la extraña aparición que surcó los cielos de la provincia.
Si bien no tuvieron la experiencia de observar a los pequeños hombrecillos, un matrimonio que
viajaba desde Oriente a Marisol a la hora señalada, observó una luz en dirección a Irene. No era un
relámpago y los envolvía desde atrás, describieron.
Según el matutino tresarroyense, los trabajadores rurales de la zona y varios vecinos de Oriente
afirmaron haber visto un extraño resplandor envolvente en dirección a Irene y Aparicio durante la
madrugada del miércoles. Otros, a esa misma hora, afirman haber escuchado un estruendo que los
sobresaltó, despertándolos, sin que hubiera registro de explosión alguna.
Además, los efectivos encargados del puesto de vigilancia de Aparicio también vieron un extraño
resplandor entre la 1 y las 2 de la madrugada del miércoles. El subteniente Santiago Walter contó
al diario local que patrullaba a pocos kilómetros de Irene junto al oficial de policía Walter Carabajal
cuando observaron “una gran luz blanca que parecía envolvernos, en ese momento se detiene la
camioneta y atino a llamar por el celular pero no tenía señal. Mi compañero Carabajal me pidió que
mire hacia arriba y entonces vimos una potente luz que parece detenerse sobre la camioneta y
desaparecer, como un destello”.
Entre los policías de la zona, sólo el teniente primero Damián Sandoval, titular de la dependencia de Oriente
es el único que no vio nada: estaba lejos del lugar de los hechos, en la zona de la laguna La Turca.
Hay, por allá, muchísimos testimonios que avalan la posibilidad de un encuentro cercano del tercer
tipo, que se produce cuando se mantiene un contacto entre ser terrestre y extraterrestre de forma
sensorial y telepática, algo que parece haberle ocurrido el miércoles de madrugada a dos efectivos
de la policía bonaerense.
10-11-2007
Fuente : http://www.minutouno.com/

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